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Café, Copa y Fútbol | El Arrebato

“Puede que Ramos sea el mejor jugador sevillano de la historia”

El Arrebato debió nacer con la sonrisa que ilumina su rostro allá por donde va. Como él mismo asegura es un positivo patológico. Tiene una enorme pasión por el fútbol.

El Arrebato.
El Arrebato.Javier Gandul

Llega usted aquí con su última creación: ‘La música de tus tacones’, ¿los tacones de quién?

—Ja, ja, los tacones de mi mujer, ¿de quién van a ser? Me vuelvo loquito cuando los escucho por la casa...

—¿A qué suenan esos tacones?

—Suenan a amor, a compañía, a cosas bonitas, a estar calentito en tu paraíso particular.

—Su técnica de composición es muy peculiar, nunca escribe nada, todo está en su cabeza.

—Es verdad, no suelo escribir las canciones cuando las compongo, las llevo en la memoria. Porque tengo la falsa teoría de que si luego no las recuerdo es que no eran lo suficientemente buenas.

—¿Así surgió el himno dedicado al Sevilla?

—Más o menos, un día de 2004 un amigo me dijo que la directiva del Sevilla estaba buscando un himno para el centenario del club e insistió en que compusiera uno. Y yo no le di, al principio, mucha importancia porque suponía que ya tenían elegido el autor y todo eso. Pero luego, volviendo a casa en el coche, empecé a darle vueltas porque me hacía ilusión la cosa. Me acordaba de mi padre, de las ganas que tenía de que yo fuera futbolista del Sevilla, de las historias del equipo que contaba mi abuelo… en fin, que llegué a casa, cené, salí al patio con la guitarra y la canción fue saliendo sola: “Cuentan las lenguas antiguas…..” porque eran antiguos cuentos emocionantes de tiempos pasados… leyendas de la gloriosa delantera Stuka… Y a las tres de la madrugada, o así, ya tenía el himno compuesto.

—Y lo presentó.

—Por supuesto, lo grabé en un estudio y lo presenté en la primavera de 2004 y hasta enero del siguiente año no tuve noticias del Sevilla. Ya me había hecho a la idea de que no les había gustado, ¡con lo bonito que había quedado! Y, de repente, me llamó Pepe Castro, el actual presidente del Sevilla, y me dijo que mi himno había sido el elegido.

—Y fue todo un talismán para el equipo porque a partir del Centenario el Sevilla empezó a asombrar.

—Sí, después de 2005 ganamos la primera UEFA, luego la segunda, y otros títulos más. Fue una época gloriosa.

—Su himno se ha convertido ya en todo un símbolo para la historia del Sevilla.

—Es fantástico. Siempre lo digo, pasará el tiempo, 50, 60 años y nadie se acordará del Arrebato, aquel sevillano del pañuelo que iba por ahí cantando, pero el himno sí lo recordará todo el mundo. Y alguno de mis nietos alzará su voz y dirá: eso lo hizo mi abuelo. Perdurar, ese es el afán de un artista.

—¿Qué siente cuando el estadio, como una sola voz, entona su himno?

—A mí me sigue emocionando. Es una sensación tremenda ver y escuchar a toda la gente cantando y llenos de orgullo. Es impresionante, además, que se enganchen a la canción niños y adultos, de todas las edades y todas las clases por igual. Llega a todo el mundo, para morirse de gusto.

—Ya le hubiera gustado escucharlo siendo parte de la plantilla del Sevilla.

—Desde luego, pero, ya ves, acabé siendo cantante. Y apuntaba buenas maneras. Era un fino interior izquierda. Jugaba en el Nervión, en categoría Preferente, el mismo equipo del que salió el pobre Antonio Puerta. Luego también hice algunas pruebas con el Sevilla, llegué a jugar algún amistoso con ellos, pero el fútbol me exigía mucha disciplina y yo de jovenzuelo estaba loco por la música y tenía que elegir. Y yo creo que elegí bien.

—La camiseta del Sevilla la han vestido grandes glorias del fútbol.

—Muy grandes. Recuerdo a Bertoni, Maradona, Suker, Buyo, el Cholo Simeone, y, por supuesto, Sergio Ramos.

—¿Los sevillistas a quién le tienen más manía al Real Madrid o al Barcelona?

—A ninguno de los dos, creo que está la cosa repartida. Con el Atleti sí que parece que hay mucha más rivalidad. Desde hace algún tiempo hay un gran pique entre los dos, que a veces no ha acabado muy bien.

—Sostiene Simeone que el Atleti juega la liga del Sevilla y el Valencia, ¿le parece correcto?

—Yo creo que el Atleti está por encima. Estamos hablando del campeón de Liga y subcampeón de la Champions, aparte de que su presupuesto es muy superior. Lo que ocurre es que el Cholo es un tío muy inteligente y, al decir eso, pretende quitar presión a sus jugadores.

—¿Ve al Atlético con el mismo brío de la pasada temporada?

—No parece tan potente, pero el Cholo no se va a rendir y van a meter caña hasta el final. Lo que hizo el Atleti el año pasado fue descomunal. Ganó la Liga y no se llevó la Champions de milagro.

—Enfrente está un Barça que parece declinar y un Real Madrid magnífico, ¿cómo lo está viviendo?

—Estoy viendo un Madrid con una fortaleza extraordinaria en todos los sentidos, física, mental, con mucha ambición… Han formado un equipo increíble que va a ser difícil de parar porque tienen mucha hambre de triunfos. Cristiano, Benzemá, Kroos, Isco. Todos tienen hambre. Y el Barça­ está en un proceso de cambio bastante confuso.

—¿Ve capaz a Luis Enrique de manejar esa situación?

—Yo creo que él intenta implantar otra filosofía distinta a la corriente anterior, más cercana a su propio estilo. Y es posible que sea eso lo que debe de hacer, pero lo tiene complicado.

—¿No les da rabia a los sevillistas que su adorado Rakitic chupe banquillo en el Barça?

—Mucha rabia, porque Rakitic es un futbolista inmenso, otro de los grandes descubrimientos del genio de Monchi. ¡Para que esté allí en el banquillo que vuelva a Sevilla, hombre, que le vamos a tratar muy bien!

—Ha citado a Monchi, ¿le harán una estatua?

—Se lo merece, desde luego. Es un fuera de serie. Por toda la gente que ha traído sin mucho renombre y que, después, se han hecho estrellas mundiales en el Sevilla. Todo el mundo le quiere porque vive su profesión con una pasión enorme, como buen sevillista que es.

—¿Cómo vivió el proceso que condujo a la cárcel al expresidente José María Del Nido?

—Yo tenía con él una relación cordial. Hemos coincidido varias veces tanto en el club como en la mesa de algún restaurante. Creo que en Sevilla todo el mundo pensaba que, de alguna manera, se iba a librar al final de la cárcel. Mira, en Sevilla somos muy futboleros y lo que importaba era que Del Nido era el presidente del club, que hizo una maravillosa gestión y había llevado al equipo a hacer cosas grandes y las otras intrigas importaban menos.

—Ahora con el Betis en Segunda, ¿no son más aburridas las tertulias de fútbol en las calles y en los bares?

—Se ha perdido mucha guasa, sí. El Betis que pierda siempre, pero en Segunda y pasándolo mal, no es igual. Desde luego ellos están muy calladitos, ¡qué van a hacer, los pobres!, y nosotros tampoco nos pasamos. Pero no te puedes fiar porque aprovechan la mínima ocasión para chincharte.

—¿En qué se distingue las aficiones de Betis y Sevilla?

—En bastante. Los sevillistas son más exigentes, más rigurosos, no le pasan todo y le pitan por menos de nada. Los béticos son más condescendientes, eso de ¡viva el Betis manque pierda! Es una afición muy incondicional y, en esto, es muy parecida a la del Atlético. Da igual, hemos perdido y, aunque hayamos jugado mal, ¡viva el Betis!, o ¡aúpa Atleti!

—Lo que siempre ha unido mucho a béticos y sevillistas ha sido la Selección española.

—Es verdad y Sevilla siempre le dio mucha suerte a España. Se llenaban los estadios y, por una noche, había hermanamiento de aficiones para apoyar a España. Por una noche. Me da rabia que no haya más sevillistas en la Selección.

—Les queda Sergio Ramos.

—Sergio es sevillista de corazón aunque ahora también comparte ese sentimiento con el Real Madrid, lógicamente. En Sevilla nos sentimos muy orgullosos de él y, quizá, cuando le llegue la hora de retirarse volverá a su tierra. Es posible que Ramos sea el mejor futbolista sevillano de la historia.

—¿Quiénes han sido los futbolistas que más le han impresionado?

—Cruyff, Van Basten y, siempre, Maradona, tan genial y excesivo, pero el mejor jugador que ha habido en los últimos 20 años ha sido Zidane. Ahora están Messi y Cristiano, pero veremos cómo acaban la carrera.

—¿Y quién cree que es mejor Messi o Cristiano?

—Técnicamente creo que es Messi, pocos la llevan y la tocan tan pegadita al pie y con esa velocidad. Pero ese déficit Cristiano lo compensa con una fortaleza tremenda y además, es más regular. Tiene una ambición extraordinaria.

—Publica nuevo disco, ¿dónde se encuentra ahora el Arrebato musicalmente hablando?

—Estoy en otro paisaje algo distinto al anterior. En La música de tus tacones, hay flamenco, rumba, pero también baladas muy rockeras con el aire de Scorpions, hay canciones pop y hasta boleros. Hay ritmos distintos pero siempre con mi acento sevillano.

—¿Qué ha recogido de la herencia del rock flamenco y de fusión andaluz?

—Esa música ha sido muy importante para mí. Yo era el más pequeño de ocho hermanos y me pegaba a los mayores para escuchar su música. Y en casa se escuchaba Triana, Alameda, Kiko Veneno; mis hermanos me enseñaron esa música. Yo creo que mi búsqueda va hacia esos viejos y eternos caminos, la vuelta a mis orígenes.

—¿Es tan radiante y positivo como se le nota por fuera?

—Bastante, sí, yo creo que soy un positivo patológico. No lo puedo remediar, a veces me estrello pero no puedo frenar.

—¿Le haría un himno al Real Madrid si se lo pidieran?

—Sería incapaz, no lo sentiría y no me saldría bonito. El Madrid se merece que le cante alguien con corazón madridista, como José Mercé.