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Eibar - Real Madrid

Alex Aranzabal: “Se enfrentarán los dos extremos del fútbol”

El milagro del Eibar, deportivo e institucional, está sobre los hombros de este joven (tiene 40 años) que ha aparcado su trabajo para dedicarse en cuerpo y alma al club que preside.

Alex Aranzabal, del Eibar, es el presidente de moda.
Amaia Zabalo

—¿Qué supone para Eibar y alrededores que venga este sábado el Real Madrid?

—Llevamos varios meses en Primera, pero es uno de esos partidos en los que la sensación de que estás en la élite se acrecienta. Vamos a tener el campo a rebosar, mucha gente se ha quedado sin entrada, la afluencia de gente a la ciudad va a ser masiva, medios de comunicación de todo el mundo… Si decíamos que estar en Primera nos ponía en el mapa del mundo, el sábado mucha gente de muchos lugares del mundo estará viendo Eibar.

—¿Y para el club?

—Es un día bonito, pero sin olvidar que es un partido de fútbol y que el equipo tiene que salir a competir, a por los tres puntos. Es lo más importante. ¿Después de eso? Es una forma de reivindicar y de sentir de forma muy potente que estamos en la élite del fútbol, en Primera. Que todo esto no nos desconcentre, ni nos desoriente del objetivo, ir a por la victoria.

—Su modelo sale al escaparate mundial.

—Así lo entiendo. Es una forma de reivindicar nuestro modelo, nuestra forma de entender el fútbol. Se enfrentan dos enfoques muy diferentes de lo que es el fútbol de Primera. Probablemente los dos extremos. Tenemos enfrente al Madrid, con el presupuesto más alto, 600 millones y casi una selección del mundo. Tiene jugadores que destacan en cualquier lugar del planeta, que despuntan en el Mundial, los fichan y van a allí. Enfrente está el Eibar, un equipo modesto, bajador, que se estrena en Primera. Es la escenificación de dos enfoques completamente diferentes de ver el fútbol.

—¿Cómo lo lleva el equipo?

—Bien. Para los jugadores es muy motivante. Saldrán mentalizadísimos. Tienen que saber que lo que hagan en el campo lo verá todo el mundo, es un buen día para que se reivindiquen a nivel colectivo e individual. Deben olvidarse que enfrente habrá estrellas, cambiar el chip y pensar en ganarle.

—¿Qué medidas especiales ha adoptado el Consejo?

—Todas las medidas de seguridad que se tienen que dar en un día como éste en coordinación con la Ertzaintza y el Ayuntamiento. Habrá varias celebraciones en el pueblo, una concentración de peñas del Real Madrid de Euskadi… Tenemos que avisar a la gente, y aprovechamos también este medio. Repito hasta la saciedad que, por favor, acudan con antelación al campo. En Eibar ha habido una costumbre de entrar en el último instante, y eso entre comillas era posible con 1.500 personas. Ahora va a haber casi 6.000. Que pongan de su parte para que sea un día de disfrute y celebración.

—Un aficionado armero de toda la vida como usted tiene que sentirse muy feliz.

—Sí. Mis primeros recuerdos son del Eibar en Tercera, sobre el año 80. Recuerdo a la gente de pie en el estadio, días lluviosos… El Eibar era uno de los gallitos de la categoría.

—¿A qué otros equipos le gustaba ver de joven?

—Por cercanía, al Athletic y a la Real. Y luego también te gusta ver a los grandes: Atlético, Madrid y Barcelona, por lo que suponen de espectáculo. Siempre me ha gustado la selección de Alemania. No sé si por lo que representan, que no dan nunca un partido por perdido y el espíritu de lucha. En general soy germanófilo.

—Este año ha aparcado su vida profesional para tener dedicación exclusiva al club. ¿Le costó tomar la decisión?

—Bastante. Tenía un trabajo seguro, estupendo, en una empresa energética que, pese a la crisis que hay, es una de las punteras. La estructura que hemos creado va a estar supeditada a que el club esté en Primera. Al año siguiente de un supuesto descenso, se desmantelaría. Si estamos un año en Primera, serán dos. ¿Por qué? Para seguir un poco siendo fieles a nuestra idiosincrasia. Eso le da un componente de incertidumbre a la labor. Esto está claro que tiene fecha de caducidad.

—¿Qué le parece el reparto de los derechos televisivos?

—No es muy justo. Cuando la desproporción es tan brutal, hay un riesgo claro de que la competición esté un poco adulterada. El modelo británico hace que la competición sea más interesante para el aficionado, menos previsible… Que siempre ganen Barça y Madrid no tiene mucha gracia, ¿no?

—Le indignó la ampliación de capital de este verano.

—La ley es injusta porque la cifra de capital no es un indicador fiable de la solvencia. Ya hemos pasado página. Fue una experiencia única. De los cuatro que subieron a Segunda A, el único que tuvo que hacer la ampliación fue el Eibar, el más saneado. Alavés, Jaén y Tenerife no la hicieron con una cifra de patrimonio neto negativo. Si eso pasa es que algún problema tiene esa ley.

—Han recibido críticas por la ampliación de Ipurua.

—En los países civilizados y democráticos, todos nos damos unas normas para la convivencia. El proyecto del Eibar cumple escrupulosamente la normativa municipal, poco más que decir. Es un barrio donde hace mucho que no se ha invertido. Donde hay ahora una pared ciega, se generarán espacios abiertos que darán mayor vida a la calle. Las obras de Ipurua tienen que ser una herramienta para hacer de nuestro campo un motor que dinamice el ocio, el entretenimiento y la economía. Eibar fue una ciudad industrial de primerísimo orden nacional, y en los últimos años se han cerrado muchas empresas, perdido mucha población... La gente tiene que entender que el hecho de que el Eibar esté en Primera es una oportunidad para el desarrollo económico. Eibar tiene 27.000 habitantes y su comarca, en sentido amplio, supera los 100.000.