Gareth Bale vuelve al equipo y Schuster al Santiago Bernabéu

Siempre que juega el Madrid hay algún aliciente que traspasa lo deportivo. En este caso al valor de los puntos se añade el morbo que significa la vuelta de Schuster (cuatro años como madridista y once como íntimo enemigo), la larga travesía de quince días sin Liga y los grandes partidos que asoman en el horizonte, Juve y Barça.

Así las cosas, la primera urgencia del madridismo es llegar al Camp Nou con no más de los cinco puntos que le separan actualmente del liderato. La jornada es teóricamente propicia porque Barça y Atlético jugarán en Pamplona y Cornellà. Por otro lado debemos considerar el peso la historia: tras ocho victorias seguidas, los líderes están a un solo triunfo de igualar el arranque del Madrid en la 68-69. Después de 45 años hay muchos espíritus conjurados para salvaguardar el récord.

Para hacernos más llevadera la espera, Ancelotti nos despejó ayer algunas de las incógnitas que rodeaban al partido. Nos descubrió que Bale tendrá minutos, llamados, seguramente, a desmentir los riesgos de su protrusión vertebral. Si hacemos caso a algunos médicos y a ciertos pacientes ninguna afección es más benévola que esa, ni siquiera la seborrea. También jugarán, en este caso de inicio, Illarra, Khedira y el exmalacitano Isco. El alemán se presenta después de usar a la prensa de su país como moquero: “Me siento maltratado porque soy discípulo de Mourinho y porque no soy español”. Conmovedoras declaraciones.

El Málaga, décimo en Liga, se encuentra en plena reinvención recesiva. En verano perdió a 13 futbolistas, entre ellos Isco, Joaquín, Toulalan o Demichelis. Para compensarlo se reforzó con siete jugadores, algunos interesantes. Por ejemplo el marroquí El Hamdaoui, de leve parecido con Van Nistelrooy (ustedes disculpen), o el polaco Pawlowski, autor en Valladolid de uno de los goles del torneo (hoy será baja).

Talento. A cargo de ellos está Schuster, un técnico que contradice con su currículo el rumor de su pereza: campeón de Liga con el Madrid en temporada y media (pasillo del Barça incluido) o finalista de Copa con el Getafe.

Y por último, el postre: Morata podría jugar por un golpe de Benzema. Veremos.