Hasta ayer, Diego Costa era uno de tantos futbolistas que hay

En Brasil, hasta ayer, Diego Costa era uno de tantos. Uno más de los cientos de jugadores, buenos o menos buenos, que el país exporta al mundo cada temporada. Pero el interés de La Roja le ha puesto en el mapa. La protesta de Luiz Felipe Scolari por la posibilidad que el Reglamento FIFA otorga a Del Bosque para convocarle con España cambió su situación. De repente, interesa.

Después de probarle en dos amistosos en marzo pasado, Felipao le descartó para la Copa Confederaciones. También lo ha hecho para los dos próximos amistosos de la Canarinha, la semana que viene. Pero se conoce que el hecho de que España haya mostrado interés ha puesto de los nervios a la Confederación Brasileña, que siente pánico ante una situación que sería un tsumani: que el equipo al que Brasil considera gran rival en su Mundial pudiera repetir el éxito de Sudáfrica con los goles de un futbolista despreciado por su país. Si Brasil teme a España, lo que siente por una España con Diego Costa no es miedo, es lo siguiente.

Así lo reflejaron ya ayer todos los medios brasileños. Pese a que Parreira negó la interferencias de la CBF, lo cierto es que en Lance aseguró que “Costa ya ha jugado con Brasil dos partidos internacionales, con árbitros internacionales y ante otros países. Si eso no es oficial, que la FIFA diga qué más quiere”. Parreira, coordinador de Brasil, dijo que ya vivieron una situación parecida con Deco, y que no quieren que se repita. Otros medios brasileños, tanto en radio como en televisión (con imágenes de los goles de Diego Costa en la Liga), hablaron del que ya llaman Caso Costa. O Globo, que marca tendencia, informó que el jugador “ha escogido España, pero no podrá jugar aún”.