El Valladolid reestrena esta noche El Madrigal en Primera

La última vez que El Madrigal abrió sus puertas a un partido de Primera División la noche terminó entre lágrimas, entre ellas las de un Fernando Roig que bajó al césped sin dar aún crédito a lo que había sucedido en un encuentro de infausto recuerdo contra el Atlético de Madrid, que acompañado con una carámbola de resultados dio con un equipo hecho para competir en la Champions en la Segunda División. De aquella plantilla amarilla solo quedan cinco futbolistas (Mario, Mussachio, Hernán Pérez, Cani y Bruno) y muchas lecciones aprendidas. Las suficientes como para que hoy los de Marcelino busquen la segunda victoria en Liga y con seis puntos poder asentarse a las primeras de cambio en la zona noble.

El Valladolid llega a Vila-real con la intención de estrenarse en el casillero después de la derrota ante el Athletic en la primera jornada. Con esa idea y con el respeto de Marcelino, un técnico que se cercioró ayer de avisar a los suyos de que "nos visita el equipo revelación del curso pasado y que mantiene casi idéntico bloque". Los de Juan Ignacio Martínez viajan con dos objetivos: el primero dejar a cero la portería de Mariño, que vuelve a la ciudad donde se formó y que por ello será uno de los nombres propios de la noche; y, el segundo, mejorar la verticalidad de su posesión. Contra el Athletic el Valladolid trató con gusto el balón, aunque de centro del campo hacia la portería del campo le faltaron ideas. Y hoy le falta Ebert, mucho es.

Marcelino también hará cambios, aunque los suyos por el buen hacer de Pereira y Trigueros en Almería. También Aquino fue revulsivo, si bien, Hernán Pérez apunta al once.