Supercopa | Atlético de Madrid - Barcelona

Diego Costa y David Villa retan hoy a Leo Messi y a la lógica

Atlético de Madrid y Barcelona afrontan la Supercopa tras exhibir su gran poderío en la Liga. Se juega tan tarde (23:00 TVE1) por la Champions, pero hay Metro hasta la 1:30 h.

Felipe Sevillano

Ellos son mejores, son favoritos, la diferencia de presupuesto es enorme...". Si en vez de comparecer ante los medios de cara a esta Supercopa contra el Barça, Simeone hubiera puesto una grabación de su rueda de prensa previa a la final de Copa ante el Madrid, nadie se habría dado cuenta. Discurso idéntico. Y ya saben cómo acabó aquello. Es diferente, sí; el doble partido agranda distancias, pero el Atleti ha disputado seis finales desde 2010 y ganó cinco, partiendo como teórica víctima en tres (Inter, Chelsea y Madrid). No es casualidad, es carácter. Mucho.

Club Atlético de Madrid, SAD
Fútbol Club Barcelona

La primera jornada de Liga regaló una buena muestra de la mejor versión de ambos equipos. Un Lamborghini el Barça, un bulldozer el Atleti. Y ese choque de estilos se verá en el Manzanares hoy. Bueno, y mañana, porque al jugarse en fecha de Champions la UEFA se reserva las horas civilizadas del día y obliga a que la Supercopa arranque a las once de la noche. Por lo menos, el Metro de Madrid está operativo hasta la 1:30 y los aficionados podrán cogerlo de vuelta a casa. Si llega a ser como en Barcelona, donde cierra a las doce y el club tiene que pagar para que se alargue el horario, los del Calderón se vuelven andando.

Y lo harían encantados si Diego Costa ratifica que lo que se creía estado de gracia es su verdadera naturaleza. En lo que va de 2013, lleva quince goles con el Atleti y mejor promedio que el de Falcao (un tanto cada 127 minutos por uno cada 138 de Le Tigre). Una tentación para Del Bosque (es seleccionable por España) y una bendición para Villa, que por ahora puede ser Robin porque ya hay un Batman.

Pero Villa es el nombre de esta Supercopa. No existe mejor escenario para fulminar las dudas sobre su estado que en una final y ante el equipo que le vendió a un precio impropio de su leyenda. Aunque, para qué engañarnos, es probable que el Tata Martino lo agradezca, ya que aún le cuesta encontrar hueco hasta para Neymar, que podría ser suplente de nuevo.

Son las cosas de una plantilla en la que para que Iniesta regrese al once (se quedó fuera en la Liga) es probable que salga de él Xavi, patrimonio de la Humanidad que hay que conservar cómo sea. Con Cesc recordando, al fin, al del Arsenal, y Pedro y Alexis (sí, en serio) rindiendo a un nivel estelar, Martino podría elegir al azar quiénes acompañan a Messi en ataque y no equivocarse jamás. En defensa ya es otra historia...

Punto débil. Porque lo del Barça con los centrales ha sido el clásico fracaso de discoteca: ha flirteado en balde con todo el local, para irse a casa sólo y decir que en realidad no quería con nadie. Ya. Sí. Vale. El caso es que junto a Piqué estará Mascherano, que cumple en un equipo donde cumplir no basta. Por ahí intentará hincar el diente el Atleti, con Arda y Koke como chefs y Óliver, al que ya le queda pequeño el uniforme de pinche, esperando en el banquillo para dirigir la segunda oleada ofensiva como hizo en el Pizjuán.

Y no podemos olvidar a Courtois, sin el que el Atleti no jugaría hoy. Resulta difícil imaginar un escenario favorable a los del Cholo sin sus milagros habituales. Y sí, de Messi ni hablamos, porque hace tiempo que las palabras resultan insuficientes. Hay que verlo y, aunque cueste, creerlo. Por él más que por nadie, la lógica grita "Barça". Pero la lógica cuenta menos en el Manzanares. Cinco títulos en tres años así lo demuestran.

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