Reelección en la presidencia

Ni Di Stéfano ni Zidane en la investidura de Florentino Pérez

Florentino fue proclamado presidente por cuatro años en el Santiago Bernabéu. Sobre el entrenador: "Vamos a contar con un cuerpo técnico a la altura de nuestros desafíos".

Carlos Martínez

Florentino Pérez tomó posesión de su cargo como presidente del Real Madrid durante los próximos cuatro años en el palco de honor del Santiago Bernabéu. Arropado por su Junta Directiva (repiten todos y faltó Luis Blasco) y ejecutivos del club, por la alcaldesa Ana Botella, la consejera de Educación, Juventud y Deporte Lucía Figar, los presidentes Enrique Cerezo (Atlético), Ángel Torres (Getafe), Martín Presa (Rayo), Carlos Suárez (Valladolid), Javier Tebas (LFP), veteranos del club y parte de su familia (hija y hermanas).

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Pero hubo notables ausencias. Faltó Alfredo Di Stéfano, Presidente de Honor del Real Madrid, que tenía pensado acudir con una de sus hijas, pero que falló en el último instante. Sigue sin salir de casa. Tampoco estaba Zidane, al que Florentino Pérez ha denominado como "la piedra angular" del nuevo proyecto que ayer comenzó. Su ausencia fue la comidilla de todos los corrillos en el antepalco tras la investidura. "Ya está fichando. Está negociando el nuevo entrenador y los jugadores", decían algunos empleados del club. La realidad es que Zidane estaba ayer en Francia en un amistoso entre los ganadores del Mundial de Francia 98 y un equipo de Cuarta División para recaudar fondos para el ELA.

Corto y conciso. Es su cuarta toma de posesión (2000, 2004, 2009 y 2013). Fue un acto rápido que culminó con un vino español en el antepalco. Los cinco miembros de la Junta Electoral leyeron el acta de proclamación y dieron paso a Florentino. Socios y peñistas invitados le escucharon con atención. En su discurso habló del futuro más próximo ("Vamos a contar con un cuerpo técnico a la altura de nuestros desafíos. Hoy comienza un nuevo tiempo para el Real Madrid, los madridistas somos inconformistas, incluso en la derrota") y del club ("Mientras yo sea presidente, el Real Madrid será de sus socios, así ha sido durante 111 años. Cuando llegamos el presupuesto era de 30 millones de euros, ahora es de 300 millones y somos el club más valioso del mundo").

También se refirió a la ansiada Décima ("Hemos vuelto a estar entre los mejores. Y así vamos a continuar, hasta que consigamos la Décima"), a él mismo ("El futuro ha comenzado ya y yo quiero más, como lo querría Bernabéu. El Real Madrid busca la perfección"), a la cantera ("Será la seña de identidad") y al baloncesto ("Vamos a darlo todo para ganar la Liga y por estar de nuevo en la Final Four"). En sus últimas palabras apeló a la unidad: "Vamos a trabajar todos juntos porque juntos ganaremos".

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