INGLATERRA
Di Canio asume las riendas del Sunderland con polémica
En 2005, el entrenador declaró en una entrevista con una agencia de noticias italiana: "Soy fascista, no racista". La afición está dividida pero parece que el club le apoya.
El nuevo entrenador del Sunderland, Paolo Di Canio, asumió hoy de forma oficial su cargo en el equipo de la Premier en medio de una polémica por su presunta ideología política que ha provocado la división de la afición.
El italiano, que jugó en varios equipos ingleses y en el Lazio, celebró en el pasado goles con el brazo en alto y en 2005 declaró en una entrevista con una agencia de noticias italiana: "Soy fascista, no racista".
Su nombramiento el pasado domingo motivó la dimisión inmediata del vicesecretario del Sunderland, David Miliband, hermano del líder laborista en el Reino Unido (Ed Miliband), que alegó "las pasadas declaraciones de carácter político del nuevo entrenador".
En la rueda de prensa que Di Canio concedió a los medios hoy, la primera en el cargo, el club no permitió preguntas que no tuvieran un carácter meramente deportivo. No obstante, en un comunicado hecho público ayer, el entrenador italiano, de 44 años, se disculpó por el daño que pudieran haber causado sus palabras pero aseguró que éstas fueron tergiversadas.
"Expresé mi opinión hace muchos años y algunas partes se aprovecharon a conveniencia del medio. Se interpretó mi expresión de una manera muy negativa. Fue una entrevista larga y no fue justo", manifestó Di Canio.
El técnico cuenta con el apoyo del club inglés que, a través de la directora ejecutiva, Margaret Byrne, salió ayer en defensa de su nuevo fichaje y lamentó que "haya gente que intente convertir la contratación de un entrenador en un circo político".
"Cualquiera que le haya conocido personalmente, y nosotros lo hicimos en profundidad antes de ficharle, sabrá que es un hombre honesto y de principios", subrayó Byrne en un comunicado que contrasta con la opinión de parte de la afición del club.
Por su parte, la Asociación de Mineros de Durham (DMA, por sus siglas en inglés), ligada históricamente al equipo, tildó la llegada del italiano de "traición y desgracia para todos aquellos que pelearon y murieron en la lucha contra el fascismo".
Su secretario general, Dave Hooper, pidió la retirada del estadio del Sunderland de una bandera que representa a los mineros y "su larga lucha por los derechos de la clase trabajadora, que fueron aniquilados por el fascismo".
No obstante, otra parte de la afición prefiere dejar la polémica a un lado y centrarse en la actuación que realice Di Canio al frente del banquillo del Sunderland, que se encuentra a un solo punto de entrar en puestos de descenso.
"Dejad que haga su trabajo y juzgadlo por su habilidad para motivar al equipo y evitar el descenso", reclamó el seguidor Terry Reilly en la página web de la revista "A Love Supreme", dedicada a la afición del club.