EL 'PRINCIPITO' HABLA PARA AS

Rubén Sosa: "¿Cristiano o Messi? Yo prefiero a Maradona"

El exdelantero del Zaragoza y Logroñés, entre otros clubes, recorre su trayectoria en el fútbol y habla de su presente en Nacional y del fútbol uruguayo y la Liga española.

Pablo ReyDIARIO AS

¿A qué se dedica?
Sigo vinculado al fútbol. Desde hace un tiempo soy ayudante del cuerpo técnico de Nacional de Montevideo, asesoro en las categorías inferiores y, además, tengo una escuela de fútbol que se llama ‘Alegría, alegría’, con más de 500 niños.
¿Pero cuál es su función exacta?
Ayudo a los delanteros en su definición de cara al gol.
Buen maestro tienen...
No me puedo quejar de mi etapa como profesional: tuve reconocimiento, gané títulos, jugué en tres ligas muy importantes, como la española, la italiana y la alemana, después me retiré en mi país, y en Nacional me han dado la oportunidad de quedarme.
¿Por qué no se ha sacado el título de entrenador?
Acabé tres cursos en Italia para poder entrenar hasta juveniles, pero los hice porque los daban gente como Dino Zoff, Trapattoni… no es una puerta que cierro, pero es algo que no me atrae a nivel profesional; a nivel de niños, sí, me gusta trabajar con ellos, enseñarles, perfeccionarles...
¿Cómo está el fútbol uruguayo?
Siempre digo que en un país de poco más de tres millones y medio de habitantes, que exportemos tantos futbolistas (es el tercer país que históricamente más jugadores ha importado la Liga española, después de Argentina y Brasil) tiene un mérito bárbaro. Además, hemos ganado la última Copa América, fuimos cuartos en el Mundial de Sudáfrica… Creo que no hay un país tan pequeño que haya ganado tanto (dos Mundiales, dos oros olímpicos, ostenta el récord de 15 Copas América). Aquí se dice que el niño nace ya dando patadas a un balón.
Oiga, su club, Nacional, no ha empezado muy bien el reciente Torneo Clausura...
Es cierto, llevamos cinco puntos en cuatro partidos...
Y por eso el club quiere sustituir al entrenador. Uno de los candidatos es el español Lillo. ¿Cómo están las negociaciones?
Por lo que yo sé, está cerca el acuerdo, pero es algo que lleva personalmente el presidente.
¿Qué aportaría Lillo a Nacional?
No lo conozco, pero las referencias que tenemos son buenas. Nos daría ese toque europeo que es tan competitivo.
Uruguay tiene ahora dos partidos importantes de clasificación para el Mundial: Paraguay y Chile. ¿Qué expectativas vislumbra para Brasil 2014?
La selección es quinta en el grupo sudamericano y hay cierta inquietud; vamos a ver si los de Tabárez ganan esos dos partidos importantes que tiene ahora. Todos esperamos que no haya otra repesca, como en el Mundial 2010.
Ante España, en el amistoso en Catar, los de Tabárez dieron buena imagen…
Es verdad, pero es que España… ¡Cómo juegan al fútbol! Desde luego, esta selección de Del Bosque está marcando una época, y, desde luego, son favoritos para el Mundial.
¿Usted cree?
Desde luego, son los vigentes campeones. Después, naturalmente, hay que disputar el torneo, pero su manera de jugar es atractiva y, además, eficaz.
Ahora que trabaja con jóvenes, ¿qué promesa del fútbol uruguayo apunta alto?
Hay un chico que se llama Alejandro della Nave, tiene 14 años, ha estado unas semanas en el Inter, de hecho, Moratti me dijo que se quedara, pero no es el momento. Me recuerda a Enzo Francescoli.
Ese chico tiene un año menos que cuando Rubén Sosa deslumbró en Uruguay y debutó con 15 en Danubio.
Es verdad. ¡Qué lejos queda aquel 1982! Va para 31 años, aunque recuerdo perfectamente como Sergio Markarián me dijo que iba a debutar con el primer equipo de Danubio. Es un club que ha cuidado y cuida mucho la cantera y del que han salido, por ejemplo, Forlán, el ‘Chino’ Recoba, Cavani, Zalayeta, Stuani... 
¿Es verdad que su velocidad y regate los entrenaba atrapando pollos?
(risas). Es verdad que con 12 o 13 años entré en una pollería y los tenía que perseguir para cogerlos. Fue duro, pero tenía que ayudar a mi familia: éramos 11 hermanos.
De Danubio al Zaragoza, en 1985. ¿Cómo fue su fichaje?
Avelino Chaves (entonces secretario técnico del Zaragoza), fue a Argentina a ver a la Albiceleste contra Uruguay, en la que yo ya jugaba con 18 o 19 años. Cuando regresó a España, empezó a hablar de que había visto un jovencito que la rompía. Yo tuve ofertas para irme a Inglaterra, pero vino el Zaragoza y no me lo pensé.
Estuvo tres años en la capital aragonesa, en los que su caché se disparó, sobre todo, tras aquel gol del 26 de abril de 1986.
De Zaragoza tengo grandes recuerdos. Fueron tres años maravillosos, me hice un nombre en el fútbol europeo e hice, ese día que usted ha mencionado, uno de los goles más importantes de mi carrera, ante el Barça, en el Vicente Calderón, que nos dio la Copa del Rey. Acerté en irme tan joven allí. Además, mi hija mayor, Cecilia, es maña, y a la segunda la pusimos de nombre Pilar, ya puede imaginarse por qué.
¿Recuerda su gol?
En el minuto 35, el árbitro (Sánchez Arminio) nos pitó una falta a favor, a unos 25 metros de la portería de Urruti. Cogí el balón y la pegué con el alma. Tuve suerte, porque tropezó en la barrera (en Pichi Alonso), pero entró y supuso, al final, el título para el Zaragoza. Fue maravilloso. Las celebraciones, el cariño de la gente, el reconocimiento al equipo...
¿Qué pasó para no ir al Madrid en el verano de 1994?
Sé que Valdano me quería, que hubo un principio de acuerdo entre los clubes, pero después se rompió todo y me quedé en el Inter.
En 1996 sí que regresó a España, al Logroñés.
Ahí me quedé mal. Llegué a un ciudad y a un club maravillosos, aunque a un equipo muy joven, al que, entre todos, no fuimos capaces de mantenerlo en Primera.
Oiga, ¿por qué ‘Principito’?
Me apodaron así cuando empecé a ser jugar con la selección de mi país, ya había un ‘Príncipe’, que era el gran Enzo Francescoli.
También le han apodado ‘Peter’, ‘El Poeta del gol, ‘Speedy Gonzales’ o ‘Sosita’...
‘Peter’ fue cuando era pequeño, y era por Peter Pan, porque volaba como él. ‘Poeta del gol’ fue también en Uruguay, porque dicen que hacía goles diferentes. ‘Sosita’ me llamaba la hinchada de Nacional y ‘Speedy Gonzales’ me lo puso un periodista de Zaragoza, y entiendo que era por mi velocidad, como el ratón mexicano de dibujos animados.
Además de cuatro chicas, tiene usted un hijo varón...
El pequeño, Rubén Nicolás.
¿Futuro ‘Principito’?
Es muy pronto todavía, sólo tiene siete años...
¿Pero cómo es?
Zurdo cerrado...
Cómo el padre...
Ya sabe, cuestión de ADN. Lo bueno es que le pega, como decimos aquí en Sudamérica, a tres dedos, que es cuando la pelota se mueve como loca.
¿Y de la Liga española qué me dice?
Después de una primera vuelta soberbia del Barcelona, ahora el Madrid está en alza, de hecho, ha sobrepasado al Atlético y le ha cogido la medida al Barcelona en los últimos Clásicos.
¿Cuáles son sus favoritos para ganar la Champions?
Todos, incluso el Málaga, que lo está bordando. Ya en cuartos, y con los rivales que hay, son difíciles los pronósticos: además del Madrid y el Barça, veo poderosos a los dos clubes alemanes, la Juve...
¿Messi o Cristiano?
Los dos son jugadores sublimes, a la altura de los más grandes de todos los tiempos, aunque yo prefiero a Maradona. Diego es otra historia, el mejor que he visto en una cancha.
Muchas gracias.
A ustedes, y un saludo a Zaragoza, Logroño y a toda España.

Valdano lo quiso para el Real Madrid

Verano de 1994. Rubén Sosa era jugador del Inter y Valdano, el nuevo entrenador del Real Madrid. El argentino no contaba con Zamorano ni Amavisca y quería al ‘Principito’ en la plantilla blanca. Tras el acuerdo entre clubes por unos 500 millones de pesetas, el fichaje se frustró por un aval. Sosa fue multado por posar con la camiseta blanca del Madrid y unas declaraciones en las que se veía jugando en el Bernabéu y no entendía la ruptura de las negociaciones.

Jugó en su país, España, Italia, Alemania… y en China

Después de tres años en Danubio, Rubén Sosa llegó al Zaragoza en 1985 (106 partidos de Liga y 30 goles). En 1988 emigró al Lazio. En 1992 le fichó el Inter (en 1994 ganó la UEFA). En 1995 llegó al Dortmund y conquistó la Bundesliga. En 1996 regresó a España, al Logroñés: en un año, 35 partidos y siete goles. En 1997 volvió a su país y militó cinco años en Nacional, en dos etapas (ganó tres ligas). Entre medias, en 2002, jugó en el Shanghai Shenhua chino. Ya retirado, ayudó al Racing de Montevideo a subir a Primera. No lo logró. Con Uruguay: 49 partidos, 19 goles y dos Copas América. Un currículum envidiable.

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