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El Celta salva un punto con diez frente a una Real sin ambición

Krohn-Dehli adelantó a los vigueses y Elustondo empató de cabeza. Augusto y el técnico local, Paco Herrera, fueron expulsados por Paradas Romero.

LALO R. VILLAR

El empate puede tener numerosos sabores. Ayer se escenificó la mejor prueba. El Celta llegó al descanso con ventaja en el marcador y con un rival que mostraba una desidia preocupante. Ifrán se empeñó en hacerlo todo mal y ni siquiera pudo tener el perdón de la garra. Estuvo pasivo todo el encuentro. Sus compañeros de ataque, Vela, Chory y Xabi Prieto, no mejoraron su actitud, pero la diferencia de calidad entre éstos y el uruguayo es abismal. Al descanso todo parecía color celeste. La genialidad entre Krohn-Dehli y Aspas (la mejor sociedad viguesa desde hace mucho tiempo) dejó a la zaga realista al desnudo. Sin embargo, las malas noticias comenzaron a asolar al equipo vigués tras la primera parte.


Iago Aspas no pudo aguantar el dolor de cervicales y tuvo que ser sustituido al descanso. No obstante, los vigueses aún no habían sufrido lo peor. Paradas Romero decidió expulsar a Augusto por una mano involuntaria (algún día deberán ponerse de acuerdo sobre el tema de las amarillas y las manos) y el Celta se quedaba con un hombre menos a falta de cuarenta minutos. Demasiado tiempo ante un equipo sobrado de calidad como la Real. Aún así, Park tuvo en sus botas el 2-0. Perdonó el coreano y acto seguido marcó Elustondo a la salida de un córner.

Ahí se acabaron las opciones célticas porque Herrera, que acabó expulsado, decidió renunciar al ataque. El asedio vasco fue ficticio, les faltaba velocidad y mordiente arriba. Aún así, Markel tuvo el triunfo en sus botas. El palo lo evitó. El Celta aguantó hasta el final y salvó un punto de oro. La falta de ambición realista le costó dos puntos en Balaídos.

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