El final de la comida de hermandad que varios jugadores del Real Madrid han celebrado hoy en un restaurante de Madrid ha sido algo más accidentado de lo previsto. Primero porque el alemán Mesut Özil ha visto como su flamante Ferrari 458 Italia se quedaba sin batería y no podía arrancar al término del encuentro entre los miembros de la plantilla blanca pero también porque durante las maniobras de los aparcacoches para mover los vehículos que iban a recoger los jugadores se ha producido un pequeño incidente: el Audi del canterano Nacho ha golpeado mientras avanzaba marcha atrás al Porsche de Sergio Ramos, otro de los presentes en la comida junto a Essien, Modric, Varane, Pepe, Kedhira o Adán.
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