La liga al microscopio
El carrusel
El Barça ganó al Zaragoza con otro doblete de Messi, el Madrid se merendó al Athletic gracias al mejor Benzema y el Atlético logró una victoria de oficio en Granada.
No falló ninguno de los tres de arriba. El Barça ganó al Zaragoza con otro doblete de Messi, el Madrid se merendó al Athletic gracias al mejor Benzema y el Atlético logró una victoria de oficio en Granada. La jornada terminó con la goleada del Sevilla en el derbi y la enésima recuperación de Reyes, tan fantástico y tan díscolo.
Reyes: ante el riesgo del niño prodigio. Infancia humilde, éxito repentino, fama desbordante y ocaso depresivo. Cuántos niños prodigio han pasado por esta situación. Cuántos terminaron por desorientarse en los diferentes sectores en los que brillaron. También en el fútbol, por supuesto. Reyes amenazaba con convertirse en uno más. Llegó al Arsenal y a la Selección siendo un adolescente y sólo con Quique en el Atlético revivió aquellos tiempos de vino y rosas. Lo demás han sido Ferraris amarillos, modelos despampanantes, excesos inconcebibles. También tras su vuelta al Sevilla. Míchel ha gestionado todo eso confiando en que algún día Reyes volvería y ese día fue ayer. El niño prodigio decantó el derbi. El fútbol aún le sonríe.
JORDI ALBA: LATERAL ZURDO POR DICHOSA COINCIDENCIA A veces las cosas suceden como causa del destino. A Jordi Alba le ocurrió. Y siempre lo recordará. Aquel partido con el Werder Bremen en Europa League cambió su vida. El lateral izquierdo titular Mathieu estaba lesionado y su sustituto, el central Alexis, también sufrió problemas físicos durante el encuentro. Emery miró al banquillo y señaló a Jordi. “Vas a jugar en ese puesto. Prepárate”, le dijo. La decisión convirtió a un extremo corriente en un lateral de talla mundial. En el Camp Nou ante el Zaragoza volvió a dejarlo claro. Sus cabalgadas por la banda son un chorro de aire fresco para el juego del Barça. Lateral izquierdo por coincidencia. Feliz y dichosa coincidencia.
EL SENTIMIENTO AMPLÍA LOS MÉRITOS DE BERNAT Pellegrino mantiene su confianza en Juan Bernat, que volvió a tener minutos ante el Espanyol. Pocas veces un jugador de Primera posee tanta fidelidad a un equipo como él con el Valencia. A los seis años su madre Amparo decidió apuntarle al club social de la entidad junto a su hermano Alejandro y ahí comenzó un idilio que durará de por vida. Juan, además, ha tenido la fortuna de prosperar hasta tocar la puerta del primer equipo. La campaña pasada ya tuvo sus primeras oportunidades y en esta nos estamos acostumbrando aún más a su prometedora zurda. Siempre son importantes los jugadores de la cantera, pero él lo es aún más. Por su talento y por su valencianismo. Un lujo.
UN PERFIL ALEMÁN QUE EL MADRID EXPLORA Arbeloa. Coentrao. Benzema. Khedira. El Madrid recupera lesionados justo cuando la temporada va madurando. Lo de Benzema frente al Athletic fue una genial pincelada de talento. Y lo de Khedira, una muestra de que el alemán es un jugador medular para Mourinho. Sin él el Madrid sufrió en los dos partidos ante el Dortmund y rescatarlo inquieta al técnico portugués. Muchos esperan un rendimiento más protagonista del mediocentro germano, quizá con más llegada. Eso mismo que luce con su selección y que exhibió ante el Athletic. Aunque lo que de verdad intriga es que un centrocampista alemán no destaque tanto como hicieron otros antes vestidos de blanco: Netzer, Breitner, Stielike, Schuster... Él también está a tiempo de conseguirlo. El Bernabéu le espera.
LAS MANOS QUE HACEN MEJOR A RAÚL GARCÍA Raúl García se mantiene como titular para Simeone en los últimos partidos del Atlético. El técnico argentino está contando con él porque sabe de su intensidad y empaque en días complicados como el de ayer en Granada. Pocos hubieran imaginado cuando se marchó del club hace dos temporadas que regresaría para ser titular. Pero así ha sido. Una cesión provechosa a Osasuna y un técnico que por fin ha entendido su rol —más de llegador que de creador— han invertido la situación para bien del jugador y del Atlético. Ha sido importante también para ello el trabajo físico, casi mental, que con él ha hecho José Vilariño, su fisioterapeuta y amigo de confianza. Se conocieron en Osasuna y desde entonces le ha tratado y cuidado allá por donde estuvo. Sus manos y los músculos del futbolista se conocen hasta el punto de provocar el mejor rendimiento posible. Se está viendo esta temporada. La excelente forma física del navarro no es casualidad. Tampoco que Simeone sea consciente. Hay quien se preocupa de ello.
LOS CLÁSICOS MOTES DEL FUTBOLISTA ARGENTINO En Argentina el fútbol es más que fútbol. Es casi una religión. Por eso la verborrea y el ingenio de sus comentaristas deja apodos y motes para cualquiera que participe del espectáculo. No hay quien se salve. Tampoco el negro Augusto Fernández, el centrocampista del Celta que ha vuelto a la selección desde que aterrizara en Vigo este verano. Buen jugador. Balaídos ha visto a varios de los mejores argentinos que pasaron por España. Todos ellos dejaron huella y un mote característico: el cuervo Gustavo López, el meteoro Cavallero, el toto Berizzo, el chacho Coudet, el gallego Méndez, el flaco Lequi, el negro Cáceres... Augusto se suma a la lista. El éxito le espera. El mismo que al resto
EL MOMENTO QUE LAFITA NECESITABA EN GETAFE No estaba siendo una época sencilla para Lafita en el Getafe. Llegado este año al club como uno de los fichajes de renombre, su falta de peso en el equipo le había llevado incluso al banquillo en los últimos encuentros. Suele pasar. Futbolistas que están llamados a dar un salto de calidad al equipo y que no acaban de cuajar en los primeros meses. Nadie, sin embargo, duda de la calidad del aragonés. Ayer toda esa calidad salió a relucir cuando más lo necesitaban los azulones. Salió del banquillo con la ilusión de un juvenil y dejó un gran gol que supuso la victoria. El Coliseum esperaba a Lafita y Lafita, al Coliseum. El enlace ya es un hecho. Lo propició su golazo.
INCONGRUENCIAS CON LAS QUE MUY POCOS CUENTAN Hay pocas cosas más antinaturales en el fútbol que un jugador de campo actuando de portero. Es como el pianista que coge una guitarra. O el maquinista de tren que toma los mandos de un avión. El deportivista Álex Bergantiños puede dar fe. La expulsión de Aranzubía provocó que tuviera que ponerse bajo palos durante 20 minutos. Es difícil saber qué pasa por la cabeza de un futbolista cuando se ve ante una tesitura así. Se debe sentir ridículo. Por la camiseta —diferente al resto— por los guantes, por lo cercano de la portería. Por todo. Alex lo asumió con profesionalidad, aunque encajó el gol de Barkero. Bastante hizo con sobrevivir lejos de su hábitat y no sonrojarse.