Liga Adelante | Celta 4 - Xerez 1

Exhibición de Primera del héroe celeste Iago Aspas

El Celta remonta y acaba goleando un partido de locos

Clemente Garrido
ÍDOLO DEL CELTISMO. Iago Aspas volvió a meterse a la afición en el bolsillo con su enésimo partidazo.

Supongo que a Miroslav Djukic se le habrán disipado todas las dudas sobre sus oscuras sospechas. Sólo tiene que ver la actitud de los jugadores del Xerez, el enorme despliegue de los futbolistas celestes para remontar un partido que se había puesto muy cuesta arriba a los cinco minutos o las tremendas caras de sufrimiento e incredulidad que había en la grada. Si el técnico serbio está tan convencido de las infames acusaciones que lanzó, seguro que no celebró la expulsión de Sergio y el gol de Mendoza desde los once metros nada más comenzar el encuentro. Sinceramente, permítanme que lo duda.

Con todo en contra, apareció el espíritu de Moaña. Definitivamente ese chaval de O Morrazo está grabando su nombre con letras de oro en la historia del Celta. Igual que en aquella dramática tarde en la que debutó en Balaídos y salvó al club de una posible desaparición, ayer volvió a tirar de furia para rescatar a un Celta bloqueado por las adversidades. Empató a la media hora y, con templanza, le dio la vuelta al marcador desde el punto de penalti. La expulsión del meta Toni equilibró las fuerzas, aunque los nervios echaron al equipo vigués hacia atrás.

Sentencia. Una espectacular jugada de Iago Aspas estuvo a punto de sellar el encuentro. El canterano se fue de todos sus rivales y centró para que Orellana la empujara con la cabeza. El chileno llegó forzado y la envió fuera. A partir de ahí, el Celta se atrincheró atrás, pero el Xerez no logró crear excesivo peligro. La lesión de Aspas a falta de quince minutos provocó que Álex López tuviera que improvisar actuando de ariete. El ferrolano, en estado de gracia, sentenció el encuentro con un tremendo disparo desde lejos, similar al que anotó hace apenas cuatro días. La tensión se resolvió y estalló en los banquillos. El segundo entrenador olívico, Ángel Rodríguez, y el técnico visitante, Vicente Moreno, se enzarzaron en una disputa que acabó con los dos en la calle.

El encuentro finalizó con una obra de arte de Orellana. El Celta solventó así un partido de infarto y ya está a un paso de Primera División.

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