Honda vive un calvario ante su equipo preferido

Eran las 10:30 horas cuando Honda se montaba en un coche, acompañado del cuerpo médico del CSKA, para hacerse una nueva ecografía de su vasto interno (zona exterior del muslo). El día anterior, el lunes, dejó de entrenar para hacerse esa misma prueba en un hospital de la capital. El diagnóstico fue tan nefasto (y contrario a lo que creían los galenos rusos) que el jugador se vino abajo. Deslizan desde el CSKA su creencia de que los médicos de esa primera prueba tenían vínculos con el Madrid. Por eso, ayer quisieron una segunda opinión, esta vez de un galeno independiente.

Honda volvió al hotel a las 14:00 horas con gesto serio y cojeando. Luego, no se entrenó con el grupo. Vive uno de sus momentos más amargos, ya que su gran ilusión era jugar ante el equipo de sus amores, el Madrid, en el Bernabéu. Honda es un apasionado de la cultura española, de su comida y de su idioma. Está dando clases particulares de castellano y lo habla con nivel medio. Y aprovecha cualquier momento para perfeccionarlo con los tres españoles (preparadores físicos) de la plantilla del CSKA. Y AS pudo comprobarlo cuando quiso arrancarle unas palabras: "Debo irme, no puedo hablar", se limitó a decir, con gesto contrariado, antes de meterse en el salón del Hotel Hesperia donde sus compañeros ya habían iniciado la charla técnica con Leonid Slutski.

Malas noticias. Honda volvió a jugar después de una larga lesión de rodilla (se recuperó en Barcelona con el doctor Cugat, el mismo que trata a Villa) ante el Madrid en el partido de ida de octavos. En el siguiente encuentro, ante el Zenit, sufrió un golpe en la parte exterior del muslo y tuvo que retirarse con un edema en el músculo (que aún tiene algo de líquido dentro). El japonés se vio obligado a forzar para jugar el último encuentro de Liga ante el Dinamo (el viernes), vital para el CSKA porque se jugaba seguir entre las dos primeras plazas que dan acceso a la Champions. Y se retiró al descanso, preocupado por lesionarse más de cara al encuentro del Bernabéu.

Pero el dolor persiste y aunque los médicos rusos creen que está para jugar, el futbolista de más calidad del CSKA, que estuvo a un paso de firmar por el Lazio hace un mes, tiene sensaciones negativas.