Con Soldado el fútbol es fácil

Lo que tiene tener a un Soldado como Roberto es que puedes tener menos fútbol que tu adversario y sin embargo llevarte la victoria incluso de manera holgada. Más o menos fue lo que pasó ayer en Mestalla. No es que el Valencia hiciera un mal partido, al contrario, realmente lo que hizo fue jugar a lo suyo y terminó dando mejores sensaciones que el Málaga. Pero la verdad es que hasta que emergió cual ave rapaz Soldado por el área de Willy, el Málaga dejó más poso, mostró más fútbol. Pero tanto mimó a la pelota que cuando había que pegarle fuerte parecía que le sabía mal, precisamente todo lo contrario de lo que hizo Soldado. Ahí estuvo la diferencia, en la pegada, quizás si Van Nistelroory hubiera salido antes...

Digamos que fue una pugna de estilos, Emery apostó la suerte de su equipo al contragolpe, principalmente porque enfrente tenía a gente como Joaquín, Isco, Juanmi o Cazorla y en lo que a calidad se refiere la batalla la tenía perdida de antemano. De hecho hubo signos durante el partido que lo evidenciaron, en especial sendas acciones de Joaquín. A sus años el gaditano tiene poco ya que demostrar y sí algún que otro año por delante para disfrutar. Anoche se le veía que gozaba. Conocía el terreno por el que pisaba como quien recorre el pasillo de su casa a medianoche para ir al servicio sin necesidad de encender la luz. Entró por la izquierda y también por la derecha. Rompió a Jordi Alba y Mathieu, como también después a Miguel y Rami. Hasta su amigo Albelda no tuvo más remedio que dejarle un recadito en su rodilla para pararle en seco. Pero al gaditano le faltó ayer a quien sí tuvo Jonas: Soldado.

Porque cuando más acosaba el Málaga, cuando si no era Joaquín era Isco o Juanmi, una recuperación de Banega en el centro del campo inició el primero de los contragolpe letales. El balón cayó a pies de Jonas Gonçalves y el brasileño captó a la primera lo que tenía que hacer con él, porque Soldado le marcó el desmarque y entre Mathijsen y Demichelis no hicieron uno que fuera capaz de cortar el pase y menos al delantero. Control, regate a la salida de Willy Caballero y gol. Así también se juega al fútbol: con cuatro toques, en vertical... y con mucha pegada, la de Soldado, un futbolista que hoy en día hace que la vida sea fácil para su Valencia.

De primeras el Málaga no dio su brazo a torcer. Continuó con sus gambetas y paredes. En realidad seguía dando sensación de que en cualquier momento a Rondón le daba por salir a jugar y empataba el partido. Pero no hubo noticias de él, al menos no por parte de Diego Alves. Al contrario, quien de nuevo aporreó a la puerta de Vicente Del Bosque fue Soldado. Él y también Jordi Alba. Demichelis aún está buscando al lateral en la acción del segundo gol (por cierto, fea entrada la del argentino cinco minutos después precisamente al internacional español). Preciso centro y rompedor remate. Lo dicho, Soldado dio ayer una lección de cómo se finiquita un partido por la vía rápida.

El segundo del Valencia hizo mella en el Málaga y subió la moral de la tropa de Emery. De hecho, bien pudo caerle a los de Pellegrini una goleada que hubiera sido tan injusta como de escándalo. Sólo con la salida de Ruud Van Nistelrooy pareció que el Málaga pudiera meterse de nuevo en el partido. Fue el holandés quien más en aprietos puso a Diego Alves. Pero el brasileño le aguantó bien y en el rechace a Duda la portería se le hizo pequeña.

Dos nombres propios por parte del Valencia merecen también mención. Uno, Miguel. Volvía el luso a vestirse de corto. Emery le indultó y Miguel se encargó en dejarle claro en el césped que se equivocó castigándole el día del Chelsea. Es con diferencia el mejor lateral que tiene en plantilla y en el partido más importante del año ni lo convocó. El otro, Banega. Gran noticia para el Valencia su vuelta.

En resumen, ganó el que pegó más fuerte y gracias a ello el Valencia pasará la noche de fin año en el pisito que tiene alquilado (y puede que ya hasta junio) en la tercera planta de la Liga.

Mensaje de ánimo al Guaje

Los futbolistas del Valencia quisieron tener un detalle con su ex compañero David Villa. Los jugadores de Emery saltaron al terreno de juego luciendo una camiseta en la que se podía leer: "Anim Guaje (Ánimo Guaje)". Mestalla coreó el nombre del asturiano, un futbolista que como Joaquín dejó su sello. Quien se marchó entre silbidos fue Isco Alarcón.