El Manchester se deshace de un primitivo Chelsea

Sigue el Manchester United eliminando equipos ingleses en la Liga de Campeones, todos los que se han cruzado en su camino. El último, el Chelsea. Tiene el equipo de Alex Ferguson un par de cosas que es difícil superar: una estructura defensiva rocosa, llena de jugadores que no paran de correr, físicos cuando lo requiere el partido e inteligentes para adaptarse a casi cualquier tipo de delanteros. Además cuenta con ese valor invisible, el saber competir, el entender qué se requiere en cada momento, que solo tienen los privilegiados. Eso no se aprende de un día para otro, sino a base de porrazos y depresiones como la que va a sufrir de nuevo el Chelsea.

Obsesión.

Roman Abramovich está obsesionado con la Champions como en su día lo estuvo Ferguson. Este encontró la solución aferrándose a unas ideas básicas (velocidad en el ataque, por ejemplo) pese a un sinfín de decepciones europeas. Pero también cerrando a cal y canto su defensa (ha encajado 3 tantos en 10 partidos de Champions). El millonario ruso va a desmontar la paradita para hacer un equipo para Torres y quedará poco de lo que ha ido construyendo. Es decir, prefiere escoger el camino del Madrid pero sin su historia. Igual un día acierta, pero de momento lo que tiene es un equipo lento, predecible, incapaz de llevarle a Torres un balón claro o a hacerle cosquillas al Manchester. Pagó los platos rotos el delantero español, sustituido a la media parte tras un nuevo experimento fallido: el árbol navideño, un 4-3-2-1 con Lampard de mediapunta y con mucha posesión que sirvió de poco porque se tarda un mundo en llevar el balón al área rival. Marcó el Manchester antes del descanso y el Chelsea regresó de los vestuarios con empuje y pocas ideas. Drogba, tras la expulsión de Ramires, dio esperanzas al Chelsea pero Park a los pocos minutos dejó claro que si el Manchester no daba más de sí, era porque no lo necesitaba. Solamente el Barcelona ha mostrado con rotundidad cómo se puede batir a este Manchester: con velocidad de balón, movimientos, talento en el pase y efectividad. Casi nada y muy lejos de lo que este Chelsea puede ofrecer.