MALLORCA 4 - ATLÉTICO 1

Manzano mete al Mallorca en Champions para envidia del Atleti

La goleada ante el equipo de Quique Sánchez Flores, le permite al Mallorca sumar su duodécimo triunfo en casa esta temporada y entrar en puestos de Liga de Campeones. El Atlético agranda su maldición y ya suma siete años sin ganar en el Ono Estadi. Mattioni hizo el golazo de la tarde. Antes habían marcado Casadesús, Aduriz y Perea, en propia meta, para el equipo revelación de la Liga. Forlán anotó el del honor. Pese a la goleada, De Gea fue el mejor de los de Quique, que se quedaron con diez en el 55' por expulsión de Raúl García.

EDU HERRERO

Era el objetivo del Atlético de Madrid a principio de temporada y una utopía para el modesto Mallorca. Pero la realidad supera a las expectativas y es el equipo de Gregorio Manzano el que a día de hoy se imagina enfrentándose a los más grandes de Europa en Old Trafford, Stanford Bridge, Anfield o en el Allianz Arena. El sueño está más cerca, ¿por qué no? Más amargo en Liga es el futuro del Atleti, que cayó goleado en el Ono Estadi y pudo ser peor si no hubiera sido por el portero. Bien es cierto que la inocente expulsión de Raúl García facilitó el deleite de los anfitriones.

De Gea sigue creciendo en una familia desestructurada. Fue el mejor del Atleti y acabó goleado. Con apenas 19 años, ejerce de padre de una defensa llena de vicios, que hoy el Mallorca se ha encargado de retratar. En gestos me recuerda a Casillas, por la desesperación que expresa, y también en madurez. Hace cinco meses, precisamente ante el Mallorca, sentó por primera vez a Asenjo. Santi Denia, que hizo de puente entre Abel Resino y Quique Sánchez Flores, confió en él y aunque un error suyo supuso el empate final en el Calderón (el Mallorca jugaba con 9), en la actualidad es el seguro de un equipo acostumbrado a conceder y conceder ocasiones al rival. Es el más fiable, pese a su inexperiencia. Hoy ha recibido cuatro goles, pero ha evitado unos cuantos más, para no caer humillados ante el equipo de Gregorio Manzano, el último entrenador que logró vencer con el Atlético de Madrid en Mallorca. Fue en la temporada 2003-2004 y marcó un tal Fernando Torres.

Hoy, sin Tiago equilibrando al equipo, cayó lesionado a última hora, y sin Ujfalusi poniendo orden atrás, el Atlético perdió la batalla en el centro y naufragó atrás. Mario Suárez, atlético de corazón que volverá el año que viene por 1,8 millones, forzó la expulsión de Raúl García (55') y se adueñó del partido ayudado por Borja Valero y Julio Álvarez. Dos canteranos madridistas que rebosan calidad y pegada. A lo que le unen ya experiencia. Del Atleti sólo asustaban Forlán, por kilates; Reyes, siempre eléctrico; y Jurado, extra motivado por jugar ante su ex equipo. Pero Quique, y el equipo, y sobre todo los aficionados rojiblancos echaron de menos a un hombre: el 'Kun' Agüero, sancionado, al igual que Simao. El canterano Ibra fue la novedad en ataque: entró tras confirmarse la lesión de Tiago en el calentamiento, y apenas aportó. A perro flaco...

Con este panorama de bajas y con un Atlético resacoso tras la jornada europea, pronto se adelantó el Mallorca con un gol de Víctor Casadesús (9'). Un tanto con varias lecturas. Una, llegó después de un córner evidentemente mal sacado por el Atlético de Madrid. Dos, es un suicidio dejar de cierre a Perea: el Chori Castro le burló primero por alto y luego por bajo para dejar el gol a Víctor. Tres, Forlán fue el primero en replegar e intentar tapar al delantero ante la mirada impasible de Assunçao. Y cuatro, Víctor Casadesús cada día es mejor. Y Manzano se aprovecha de ello. De la cantera bermellona, Victor, que se fogueó en la Real Sociedad y el Nástic, se ha ganado la titularidad a base de goles y juego. Es el mejor socio de Aduriz, como demostraron en el segundo tanto. Centró el balear y remató el vasco para poner de nuevo por delante al Mallorca, que se lo merecía. Antes había empatado Forlán (25'), que aunque llevaba cuatro partidos sin marcar, siempre está ahí, pese al cansancio y a las críticas.

La expulsión y la goleada final

Así se llegó al descanso, con 2-1 en el marcador y con la sensación de que el Mallorca lo tenía todo para sumar su duodécima victoria en el Ono Estadi esta temporada (de trece partidos). Y así fue. Domínguez, también tocado, se quedó en el banquillo y salió en la segunda mitad Juanito. Sin tiempo para asentarse en el cometido de buscar el empate, Raúl García vio la segunda tarjeta amarilla por una innecesaria entrada a Mario Suárez, su futuro compañero, y dejó vendidos a los suyos. Luego, Quique sacó del campo a Ibra para dar entrada a Salvio, otro proyecto de futuro al que algunos ya exigen rendimiento, pero no consiguió reactivar al equipo.

Con 14 partidos jugados más que el Mallorca esta temporada y un jugador menos sobre el irregular césped del Ono, el Atlético acusó la fatiga acumulada en Copa y Europa League. Demasiada tralla para tan corta plantilla. Con el marcador en contra, era desolador ver calentar a Cabrera, Pernía y Camacho. Dos defensas y un medio centro de contención. Por su parte, Manzano sí aprovechó su fondo de armario para recomponer todo su ataque: Webó por Aduriz, que volvía a marcar hoy tras diez partidos de sequía, y Keita por Víctor. También dio entrada a Martí para monopolizar aún más el centro del campo.

Si al Atlético le quedaba un halo de esperanza, Perea se encargó de cerrar la aciaga tarde rojiblanca con un gol en propia meta (85'). Mejor que cebarnos con el colombiano será destacar al lateral derecho del Mallorca. Felipe Mattioni marcó el golazo del partido con una volea desde el pico del área a la salida de un córner. Jugada ensayada de Gregorio Manzano que ejecutó a la perfección el brasileño cedido por el Milán. Un jugador irregular pero prometedor. Fue el sello perfecto para festejar que el Mallorca supera en la tabla al Sevilla y se mete en la Champions, para envidia de un Atlético que ve aún más lejos los puestos europeos.

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