Liga BBVA | Real Madrid - Espanyol

Raúl repite al frente de los once de Riazor

Hoy, prueba física para Arbeloa y Guti. El Espanyol, en cuadro

adrián julián

Se da la curiosa circunstancia de que las ausencias de Cristiano afectan gravemente al espectáculo pero apenas influyen en el juego. Quedó confirmado en Riazor y antes en Mestalla, por citar campos donde el fútbol es valor imprescindible (la valentía se presupone). En el Bernabéu es diferente: allí las victorias se precipitan (diez de diez), casi con independencia del juego, y la única intriga tiene que ver con los goles, minuto y cantidad.

Lo anterior nos sirve para extraer algunas conclusiones. La primera es que el Madrid se expresa mejor con espacios y en su estadio escasean; o dicho de otro modo, aún falla el sistema para atacar líneas defensivas en posición de firmes. La segunda lección es colectiva y la debe aprender Cristiano.

Esta es la única grieta por la que le llega luz al Espanyol: su esperanza es la defensa y su alivio es que falta Apolo. El resto son malos augurios: los de Pochettino sólo han ganado a domicilio en Riazor (2-3) y en sus salidas únicamente han anotado tres goles, los que consiguieron allí. Además, encadenan siete encuentros sin ganar (y sin marcar) lejos de Cornellà.

El once del Madrid no es un secreto aunque Pellegrini no dio ayer la lista. Tampoco concentró a los jugadores, pero que nadie diga que ha traicionado sus principios porque no es cierto: se los apostó. Los elegidos serán los mismos que derrotaron al Depor, aunque Arbeloa (contusión en una rodilla) y Guti (lumbago) pasarán esta mañana una última prueba. Si no hay sorpresas, regresará el tiqui-taca (versión impaciente) y repetirá Raúl, que no era titular en el Bernabéu desde el 17 de octubre (dos goles al Valladolid).

Bajas.

En el Espanyol, juventud. Pochettino completó la lista de 19 con cinco canteranos, entre ellos los juveniles Molina y Amat. Son bajas De la Peña, Javi Ruiz, Nakamura, Chica, Tamudo, Moisés y Callejón (cláusula viperina). Vuelven Kameni y David García.

Sobre el papel, el de hoy es uno de esos partidos que nos recuerdan el abismo que se abre en mitad de la Liga o incluso antes. Pronóstico fácil y sentencia firmada, de no ser por el balón, ese objeto redondo y caprichoso.

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