Confirmación o redención

Una Unión Deportiva en crecida y un Murcia a rastras. Si no fuera porque cada partido es un universo, el pronóstico para esta tarde sería claro: victoria local y, además, con margen. Pero de nada valen precedentes e inercias si, a noventa minutos, hay reserva de méritos. Las Palmas llega en una disposición antagónica a la cita. Gana, convence y hasta presume de su suerte. En el Murcia muchos se han puesto el luto porque sus números conducen al cementerio. Pero aún tiene vida a la que agarrarse y muchos de sus males podrían sanarse si hoy conquista el Gran Canaria. Sabe Kresic no hay peor enemigo que el hambriento y ha activado todos los mecanismos en su gente para evitar deslices. No es una cuestión de favoritismos. Más bien se trata de asuntos relacionados con el pasado.

La Unión Deportiva lleva un tiempo considerable especializada en patinazos sonoros, en combinar cal y arena con destreza genuina. Y en el manual marcial de su entrenador, un enamorado de la estadística y la regularidad, supone una afrenta ese vicio. De ahí que haya reclamado, a modo de mantra, pinturas de guerra y vena hinchada en el cuello para amarrar los puntos. Sería la primera vez en la temporada en curso que los locales hacen pleno en tres encuentros consecutivos. Buena golosina.

Claro, que tendría que ser por encima de un adversario acred los números de la clasificación. Tanto en el campo como en la reserva exhibe nombres de recorrido, alguno incluso con alguna Liga en su palmarés, léase Mejía. Con toda la purpurina, el Murcia se ha pasado la campaña malviviendo en la peor zona de la pasarela y dibujando un inquietante porvenir en Segunda B. Una temeridad de las grandes. Va camino de triturar a su segundo técnico desde que arrancó a andar y por La Condomina y alrededores la estima hace tiempo que voló, aunque tanto pedigrí junto alguna vez tiene que rugir. Al menos, así lo esperan por allí. Y beneficia en el empeño pimentonero tener las corazonadas en contra. Así se cocinan los mejores golpes. Las Palmas busca confirmación. El Murcia, redención.

El último triunfo pimentonero fuera, en Gran Canaria

El Real Murcia no ha estrenado su casillero de triunfos como visitante en esta temporada. Hasta ahí, nada anormal en un equipo abocado de momento, por sus deméritos propios, al descenso de categoría. Pero lo que resulta llamativo es que su última alegría en campo contrario se produjo, precisamente, en el estadio que hoy pisará. Fue a finales de febrero del año 2009 y el Murcia, entonces dirigido por José Miguel Campos, se impuso por la mínima gracias a un tanto de Marañón en el minuto 74, casi sin tiempo para la reacción de un equipo ya en pleno socavón con Javier Vidales. Ha llovido desde entonces y la casualidad ha querido que el Murcia llegue de nuevo al coliseo isleño con aquel antecedente muy fresco. Quedan en los dos equipos protagonistas de un partido que no pasó a la historia.