Liga Adelante | Las Palmas - Celta

Aristócratas en apuros

Unión Deportiva y Celta cierran 2009 acuciados por sus números.

Ignacio S. Acedo

Unión Deportiva y Celta acaban el año como nunca quisieron: bordeando el descenso, con el crédito recortado y mil dudas acerca del porvenir que les traerá 2010. Se han ganado la sospecha porque en los últimos meses se dedicaron a malvivir en la categoría. Sin fútbol, sin resultados y sin motivos para que su gente presuma del escudo. No hay noticias de los proyectos luminosos con los que pretenden recuperar sitio entre los mejores. Y, lo que es peor, el camino que llevan conduce a la ruina. Así aterrizan en este partido, llamado en agosto a protagonizar un pulso de aspirantes y que, por deméritos compartidos, mide a dos conjuntos de saldo, con necesidades extremas para no pasar la Navidad en el vagón de cola. Inédito. Malos tiempos para dos de los aristócratas a los que de nada vale mirar al pasado.

De esta carestía sale un partido afilado, en el que se anuncian precauciones y trampas para sobrevivir. Ganar, en el caso de Las Palmas, y no perder, si hablamos del Celta, constituyen las premisas básicas que marcan lo que se verá esta tarde. Que se abstenga quien espere mayores despliegues, porque no dan para más unos y otros. Repasen trayectorias, antecedentes y críticas los que aún guarden dudas.

Kresic, al que le conviene comenzar a acumular victorias para apagar debates sucesorios, no acudirá a revoluciones en el reto de propulsar a los suyos. Con la disponibilidad de Pignol gana un elemento esencial en defensa. Que no es poco constatada la miopía generalizada en área contraria. Con el francés, el resto será lo mismo (o casi). Apuesta por la continuidad arriesgada porque la máquina no funciona con lo que hay. Kresic sabrá. O se supone.

Enfrente, Eusebio resopla después de las victorias ante Girona y Elche. Si estaría mala la cosa por Vigo que ni con ese salto se han librado los celestes del vértigo. Acumulan una ventaja testimonial con los peores de la clase y salir de Gran Canaria con las manos vacías puede condenarles a caer en las plazas de vergüenza. Muchísimas bajas. Y Trashorras de suplente. No parece el mejor condimento para que el Celta se quite las cadenas y apueste por la verticalidad.

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