Arizmendi se ve a tope para jugar en Málaga

La poderosa zancada de Arizmendi le sirve tanto para alargar el campo como para acortar las lesiones. Las previsiones iniciales, cuando cayó ante el Almería enfocaban al próximo partido contra el Málaga como fecha de regreso más optimista. Y Arizmendi la va a cumplir con creces y con días de sobra. El lunes entró de comodín en un partidillo, midiéndose. El martes se comportó como uno más del grupo, o casi. Y ayer lo confirmó con hechos y palabras: "Estoy mucho mejor. He entrenado de forma completa con el resto de mis compañeros, sin notar ninguna sensación extraña. Estoy totalmente recuperado".

No hay mejor termómetro que el propio deportista. Tras tres entrenamientos y con tres días aún de camino al partido, Arizmendi se ve a tope para jugar en Málaga. La elongación de sus isquiotibiales ha sanado y el hambre de fútbol ha crecido. "Tengo muchas ganas de jugar. Lo peor del fútbol es estar lesionado. Por suerte no ha sido una lesión grave y me ha permitido recuperarme muy pronto. Ahora estoy super ilusionado en volver al equipo para ayudar a mis compañeros y que el equipo dé por fin un paso adelante fuera de casa que es lo que necesitamos", afirma Arizmendi.

Titular. Así, Marcelino podrá recuperar a su pareja titular de ataque: Lafita y Arizmendi. Desde que el madrileño cayera lesionado, Lafita ha compartido ataque con Ewerthon en Mestalla y con Songo'o en La Rosaleda. La opción del camerunés respondió a un reparto de minutos y esfuerzos con dos partidos en menos de 48 horas, no es delantero sino extremo. Mientras que Ewerthon no responde al perfil de primer punta que exige Marcelino. Tampoco Arizmendi es un '9', pero su abanico de desmarques y su juego de espaldas sirven de referencia y desahogan a Lafita, segundo punta y hombre clave del Zaragoza.

"Quizá se haya dramatizado demasiado"

El primer mes o mes y medio de competición del Zaragoza agarró menos puntos de los que el equipo pedía con su juego, que transmitía una trayectoria creciente. Pero esa curva frenó y giró hacia abajo, con una imagen de desmayo. Para Arizmendi, "se han desatado más nervios de los que realmente se debieran, pero está claro que la exigencia es máxima porque estamos en un club que tradicionalmente ha practicado buen fútbol y que ha conseguido títulos, de ahí que la exigencia sea alta. Eso también es positivo para que nosotros crezcamos individualmente como jugadores y como equipo, y el Zaragoza como club. Quizá se haya dramatizado demasiado la situación y no sea tan preocupante, pero está claro que está en nuestras manos mejorarla".