Benítez firmó el 'divorcio' y ahora fichará a Aquilani

A Rafa Benítez la confirmación del fichaje le pilló en el avión que llevaba a su equipo a Noruega. Tampoco fue una sorpresa: desde el domingo era consciente de que las diferencias entre ambos clubes eran mínimas, tanto que unas pocas llamadas de teléfono iban a solucionarlo todo. El preparador del Liverpool dejó los últimos días de las negociaciones a Christian Purslow pero con instrucciones claras: no se podía bajar de 30 millones de euros. Por varios motivos: debe anunciar a su afición que el acuerdo es bueno y necesita el dinero para hacer un par de fichajes, en especial Aquilani, del Roma, con quien según la prensa inglesa todo está acordado.

Rafa ha intentado explicar a su manera el porqué del traspaso: el futbolista se lo pidió. Como se sabe, la realidad siempre es más compleja y ha parecido, por momentos, el divorcio de una pareja que se llevó bien durante un tiempo, pero que desde hace al menos tres años tenían una relación puramente profesional.

Distancia.

A Xabi se le acusó de estar cerca de Pako Ayestarán, el segundo de Benítez durante once años, que tuvo que marcharse del Liverpool porque él y su jefe dejaron de hablar el mismo idioma. La desconfianza con Xabi fue creciendo y siempre han surgido dos versiones diferentes cuando algo les enfrentaba (como el asunto del nacimiento del hijo del futbolista: ¿le castigó Rafa por querer quedarse un día más en Liverpool?). Hasta el final: la interesada filtración de la petición de traspaso (transfer request) confirmó que no podían seguir en el mismo equipo mucho más tiempo.