Los 'gorrillas' campan a sus anchas por el estadio

Después de superar las retenciones pertinentes, los usuarios-aficionados que llegan hasta las inmediaciones de la Nueva Condomina inician una segunda doble prueba de esa gymkana en la que se ha convertido acceder a la localidad en el estadio municipal: encontrar aparcamiento y 'burlar' a un 'ejército' de los popularmente conocidos como 'gorrillas' que campan a sus anchas en todos los partidos que los grana disputan en su estadio. Invisibles a los ojos de la policía municipal que a escasos metros intenta 'domar' el tráfico, éstos hacen lo mismo con las plazas de parking, provocando en muchos casos el malestar de no pocos aficionados que no entienden porqué han de pagar una 'voluntad' involuntaria y el porqué de la permisividad para con una actividad a todas luz ilegal.

Los que pagan se quejan y los que no lo hacen 'temen' que su negativa a pasar por el aro, pueda tener como consecuencia inmediata algún desperfecto en sus vehículos. "Muchas veces les das para evitar encontrarte a la salida del fútbol con alguna 'gracia' en el coche, pero es lamentable que eso ocurra en un área controlada por la policía municipal".

Y el problema, así lo apuntan varios aficionados a este periódico "va a más. En las últimas semanas se han multiplicado". En la mayoría de los casos se trata de ciudadanos africanos que se reparten (o quizás, los reparten) entre todas las puertas del campo municipal. En la entidad grana se lavan las manos y señalan que el asunto "aunque molesto para nuestros aficionados es competencia del Ayuntamiento y de la policía local. Nosotros poco podemos hacer al respecto".

Se da la particularidad que esas actuaciones irregulares están prácticamente abolidas en la capital del Segura, quedando mínimos vestigios en las zonas próximas al Corte Inglés y en otras áreas comerciales, pero ahora en Nueva Condomina vuelven a aflorar. Por tanto, turno para el equipo municipal que comanda Miguel Ángel Cámara para erradicarlo de la instalación municipal que más público centraliza.

Esta situación, ajena a lo deportivo y también al club que preside Jesús Samper, no es la única que afecta de forma colateral a la entidad que en repetidas ocasiones ha mostrado su malestar por ver "literalmente tomado el acceso a las instalaciones de Cobatillas por mujeres que ofrecen sexo a cambio de dinero en las orillas de la carretera". En ambos escenarios, la competencia, parece clara: no es del Real Murcia que lamenta la situación pero que poco puede hacer al respecto.