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Liga BBVA | Vigesimosegunda jornada

Multifútbol

El Real Madrid gana gris y el Barça fácil, pero los dos siguen destacándose tras la derrota del Sevilla en el derbi. A los de Jiménez se acercan el Villarreal y el Atlético, que con Abel parece otro equipo. El sorprendente Málaga de Tapia le remontó un 0-2 al Almería, y se acerca así a la zona europea.

Oliveira

El personaje: Oliveira

Uno de noviembre de 2005: el Betis derrota al Chelsea en Champions pero Oliveira se rompe los ligamentos. El delantero brasileño no volvería a jugar de verdiblanco; los béticos no lograrían otra gran victoria durante tres años de caída libre, y de triunfos y títulos sevillistas. 7 de febrero de 2009: tras estrellarse en en Milán y descender con el Zaragoza, Oliveira se viste otra vez de bético. Y marca. Y, tras 12 años sin mojar, el Betis gana en el campo del Sevilla. No pueden evitarlo el gran Kanouté, la presión asfixiante del Sánchez Pizjuán, ni Palop, ni nadie. Tres años después de acostarse sin Oliveira, el Betis se ha levantado con él. Porque están hechos el uno para el otro; y porque el amor con todo puede, hasta con el tiempo.

Faubert vs. Kopa

Ocho millones de pesetas de la época se gastó Bernabéu en Raymond Kopa, y el franco-polaco se hizo un sitio en el ala derecha de aquella delantera legendaria, la que más, con Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Medio siglo después, otro extremo diestro francés aterrizó en Chamartín. Faubert, cuya existencia desconocíamos la mayoría de los mortales (Maldini sí), costó 1,5 millones de cesión y llegó de rebote, pero en sus primeros 30 minutos de blanco le exigimos como si fuera una estrella. Por eso nos decepcionó. Por eso, y porque el Madrid y la economía son otros, los galácticos viven en otros lugares y los fichajes se hacen de otra forma que en 1956. Pero el madridismo sigue queriendo lo máximo. Cosas del destino: gente como Kopa, antecesor de Faubert, fue la que hizo tan exigente a esta afición.

Abel cambia un poco; los jugadores, todo

Ya casi no nos acordábamos de lo bien que para Leo Franco; de que Ufjalusi defiende; de que Kun desequilibra y Forlán decide. Pero vino Abel y nos refrescó la memoria. Abel, que se arremangó, juntó líneas, puso a Sinama y demostró que, con Aguirre, los futbolistas corrían menos. Cambió un poco el nuevo entrenador, pero sus jugadores lo cambiaron todo. Fundamentalmente la actitud. Escribió un articulista poco aficionado al balón que los jugadores son míticos antes que mitos, y necesitan, como nosotros cuando el colegio, un bocadillo de tortilla en mitad de la mitología. A Aguirre se lo zamparon. A ver cuánto les dura la falta de hambre, y de caprichos.

El buen fútbol logra vengar a Mendilíbar

Villar para Álvaro, Álvaro para Sesma, Sesma para Víctor y gol, 2-0. Jugada de tiqui-taca perpetrada por el Valladolid, ese sucedáneo de Barça sin Messi, pero con Pedro León. Y una pequeña revancha, venganza con rosas, de Mendilibar hacia su Athletic, club del que no le sacaron sólo los malos resultados, también las pretensiones de imponer un fútbol elaborado en San Mamés. La idea sí cuaja en Zorrilla, donde se disfruta del balón a ras de césped, donde la línea recta no es el camino más corto hacia la portería rival. Y donde Mendilibar lanzó ayer un desplante futbolístico al Athletic, a sus 2.000 aficionados venidos desde Bilbao: "Esto os estáis perdiendo sin mí".

Alves le ha dado otra velocidad el Barça

Tener a Dani Alves significa mucho más que tener a un lateral que sube mil veces, desequilibra a la zaga contraria, chuta, recupera y defiende. Significa subir de revoluciones a tu equipo. Dani se marchó de Sevilla y el once de Jiménez juega ahora a 10 por hora. Llegó al Camp Nou, en lugar de Ronaldinho, y el Barça, que parecía un utilitario el año pasado, circula esta temporada a ritmo de Ferrari.