El Huesca quiere sacar oro del campo del colista

Sevilla no será un refugio idóneo para cuarteles de invierno, pues la temperatura va a ser fría, y en la vetusta Ciudad Deportiva nervionense se vivirá un ambiente desangelado. La coincidencia con el partido del primer equipo va a hacer que los aficionados sevillistas miren hacia otro lado.

Los jugadores, no obstante, están en otra pelea. Son jóvenes, con hambre, y quieren triunfar. La cantera sevillista ha dado grandes frutos en los últimos años y todos miran con fruición hacia arriba, al primer equipo. Eso es lo que hace peligroso al conjunto de Fermín Galeote, que afronta tres finales en casa que van a ser definitivas.

El Huesca es el primer contrincante, y el cuaderno de bitácora del capitán Calderón no varía el rumbo ni un ápice. El equipo se encuentra bien en la categoría, es sólido y se sabe competitivo, que no superior. Si algún partido hay que ganar desde el prisma de la humildad es éste, porque se presta más a la confianza y a la relajación, palabras que en el Huesca se han tachado del diccionario hasta que la mágica cifra de 50 puntos (o la que signifique la salvación) quede sujeta.

Pese a todo, parece una ocasión propicia. Las bajas han debilitado mucho a los locales y esta vez el Huesca, que casi siempre tiene enfrente a futbolistas de currículum extenso, tendrá más oficio. Helguera y Sastre deben gobernar el eje y poner los cimientos hacia la victoria.

Dos trayectorias opuestas, dos momentos futbolísticos muy alejados, dos objetivos dispares, y 19 puntos de diferencia en la clasificación pero nada de esto sirve: es fútbol: no se sorprendan porque cualquier cosa puede pasar.

La equipación podría variar

A veces resulta complicado acertar con la indumentaria, y en este caso más, ya que el equipo de Fermín Galeote ha jugado en casa luciendo colores diversos. El Huesca ha llevado varias equipaciones (pantalón y medias) para no coincidir con los colores del equipo filial nervionense. La camiseta no variará: será la azulgrana.