Liga BBVA | Atlético de Madrid 4 - Deportivo 1

Forlán sonroja a Aguirre y Lotina

El Atleti juntó a sus estrellas y jugó su mejor partido. El charrúa se lució con dos goles y dos postes. El Depor pecó de conservador y desperdició su talento

UNA PIÑA. Los jugadores del Atlético festejan uno de los cuatro goles frente al Deportivo.

Aguirre puso a todos los buenos y el Atlético jugó su mejor partido de la temporada, goleó a un rival complicado, dio una alegría a su frustrada afición y aprovechó una jornada favorable para acercarse al grupo de cabeza. Lotina regaló dos tercios de partido, sólo dio libertad a sus abundantes talentos ofensivos cuando perdía 3-0 y el Depor marcó un gol y rozó alguno más, pero se fue derrotado y fuera de Europa. Qué sencillo es el fútbol y qué difícil lo hacen los entrenadores.

Quien durmió anoche en la gloria fue Forlán, víctima principal del reciente ataque de miedo de su entrenador. Que el uruguayo fuese utilizado como un suplente más, rascando banquillo en Pamplona y comiéndose el marrón contra el Orihuela, debería ser delito penal. La fortuna para Aguirre es que Forlán es más de actuar que de rajar. La lección fue contundente: dos goles, dos palos y partidazo. Moraleja: no vuelvas a dejarme en el banquillo si puedo tenerme en pie y andar aunque sea con muletas, ¿capisci?

Aclarado esto, volvamos al principio, que en los partidos del Atleti suele ser un perfecto resumen de la totalidad. O sale acarajado y regala un gol que presagia la tormenta por venir, o se cree el rey del mambo y te arrincona en el área hasta que te tumba. No tiene término medio y al Depor le salió cruz. A los dos minutos, Sergio sacó bajo palos un cabezazo de Agüero y antes del cuarto de hora Simao rozó el gol dos veces. Les diré que Perea pisó más campo contrario en 20 minutos que en el resto de su carrera. Sí, así de replegado estaba el Depor.

Y no se entiende, porque cada vez que salía generaba inquietud con la velocidad y la brega de Riki y, sobre todo, la calidad de Lafita y Guardado. Una cosa es buscar la contra y otra esperar que la contra te encuentre a ti mientras te escondes. Eso hizo el Depor y lo pagó de manera un tanto rocambolesca. En un córner, Perea tocó en el primer palo y Heitnga remachó entrando por el centro. Lo curioso es que lo hizo con el pecho, igual que había rematado contra el Málaga en su otro gol de la Liga. Dos de dos. Un jugador total, un pecho-lobo.

Tras el 1-0, el Atleti mostró una cara desconocida. No dominó percutiendo y galopando, lo hizo tocando rápido y con criterio. La clave de este cambio de imagen es el crecimiento de Assunçao, que tras afianzarse en la faceta destructiva, ahora se va soltando en la distribución. Él en corto y Maniche en largo, el Atleti se adueñó de la pelota y supo cómo utilizarla. El Calderón se frotaba los ojos.

Fue cuestión de azar que el segundo no llegara antes del descanso. Aranzubía lució su segunda juventud desviando milagrosamente al poste un zurdazo fabuloso de Forlán, otro disparo del uruguayo acabó en la madera tras tocar en Guardado y Simao no definió por centímetros en dos contras claras guiadas por Agüero. En medio del pim pam pum, el Depor tuvo la suya con un gran disparo de Lafita al que respondió de maravilla el renacido Leo Franco, pero Lotina se pudo ir feliz al vestuario con el 1-0.

La sentencia.

Sorprendentemente, el plan gallego no cambió sustancialmente en la reanudación y, esperando, esperando se acabó suicidando. A los 51', Lopo se agobió por la presión de Simao y le regaló el balón a Forlán, que se plantó ante Aranzubía y no le dio opción. Con el Depor groggy, el Atleti siguió apretando y cerró el asunto con un golazo. Tocó y tocó hasta que Maniche abrió el juego a la derecha, Maxi cedió de cabeza a Agüero que, con un lujazo al primer toque, le dejó el balón muerto para que el capitán fusilara con la contundencia que acostumbra. Punto y final.

Sólo entonces Lotina quitó las correas a sus perros de raza y el Depor demostró lo que pudo ser y no fue. Fue muy sangrante ver a Filipe Luis y Guardado montar un lío tras otro en cuanto al lateral le dejaron cruzar el mediocampo. El final fue un intercambio de golpes. Forlán hizo el cuarto presumiendo de ambidextro: control con la derecha, tirazo con la zurda; indefendible. Y Filipe marcó el del honor en la única que Ujfalusi no logró evitar. Ya daba igual, el Atleti había recordado que su sitio es el grupo de cabeza. Si juegan los buenos, claro.

Gran entrada en el Calderón

Aprovechando la estupenda tarde que hizo ayer en Madrid y el horario favorable de las cinco de la tarde, los aficionados del Atlético acudieron en masa al Manzanares. El estadio rozó el lleno y se reconcilió con su equipo después del horrible espectáculo que habían ofrecido los de Aguirre el pasado miércoles, empatando a cero con el Orihuela en Copa.

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