Primera | Barcelona

Etoo no fue a entrenarse por 'asuntos personales'

Estuvo en Madrid, se le esperaba en el circo y hoy debe volver

Canal Plus

El día después del eurobatacazo con el Liverpool, Samuel Etoo faltó al entrenamiento del Barça por motivos personales. Anteanoche salió del Camp Nou nada más pitarse el final del partido. Ayer estuvo en Madrid y se le esperaba en el estreno del Cirque du Soleil, en Barcelona. No se sabe si Frank Rijkaard lo convocará para el partido del domingo con el Athletic. O si querrá ser de la partida, pues el técnico quiso contar con él para recibir al Liverpool y se excusó diciendo que no se sentía en condiciones. La última es que no volverá hasta que pueda jugar al menos media hora. Su presencia ante el Athletic está en el alero.

Con o sin Etoo, el vestuario del Barça es un "cementerio", según explica el famoso entorno, que comenta esta reflexión de un jugador: "El año pasado el equipo era un ordenador al que se conectaban todos los cables, todos los futbolistas. Hoy ciertos cables están desconectados; se acabó el buen rollo".

¿Supone esto que el Barça tira la toalla, sobre todo en Europa? No tanto. Pero las ideas están claras: "Ganar en Anfield dependerá de una noche inspiradísima, no de un convencimiento colectivo como el que nos llevó a hacerlo en campo del Chelsea (1-2, pero partido de ida) hace un año".

Antes que a Liverpool, el equipo rendirá viaje a Zaragoza (miércoles 28) con tarea parecida: levantar en Copa el 0-1 con que Carlos Diogo liquidó el partido de ida. En siete días, (visitarán Anfield el 6-M) el Barça puede quedar apeado de esas dos competiciones. El presidente Joan Laporta (que tiene previsto un viaje de tres días a Los Ángeles) es el primer convencido de que la presencia de Etoo será fundamental en ambos compromisos. No tanto por su fútbol, lógicamente corto tras la lesión, sino por su espíritu de lucha. Todo eso pese a que el presidente sabe mejor que nadie que Etoo y una amplia porción del vestuario no se llevan. Pero confía que la necesidad los una.

El KO de Japón. La depresión que atenaza al Barça no se sabe hasta dónde llegará, pero los expertos en el Camp Nou saben de donde viene: del KO en la final del Mundialito de Japón, aquel sorprendente 1-0 ante el Inter de Porto Alegre.

Entonces se rompió algo, no fue una derrota sino el inicio de un mal rollo que explotó cuando Etoo se descolgó con aquellas tremendas declaraciones en las que no dejó títere con cabeza en el vestuario y alrededores. Los hay que comparan aquel fiasco japonés con la derrota del Real Madrid ante el Zaragoza en la final de Copa de 2003, considerada por la mayoría de analistas como el principio del fin de la Galaxia blanca.

Rijkaard quiso levantar el ánimo del vestuario

Salieron a la hora prevista (11:30) al campo de entrenamiento de La Masia. Los jugadores seguían dándole vueltas a lo acontecido ante el Liverpool. Algunos, con la boca pequeña, consideran lo sucedido de "tragedia", mientras que otros prefieren apelar a un espíritu reinante meses atrás, pero que ahora ya no saben cómo arreglar. El entrenador tuvo una breve charla con sus futbolistas en el vestuario. Trató de levantar los ánimos de un equipo que cada vez se asemeja al peor Barça de no hace muchos años. La sesión fue desoladora. El balón volvió a ser el protagonista. Rijkaard pensó que sería la mejor manera de motivar a sus hombres. Pero las risas de otros días fueron suplidas por el silencio, síntoma de que las cosas no están saliendo nada bien y que de los siete títulos a los que aspiraban en agosto de 2006, sólo se pueden lograr tres. Al final, Eusebio Sacristán charló con Rafa Márquez y con Gianluca Zambrotta.

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