Primera | Barcelona

Ronaldinho está en crisis y asume su mal momento

Su entorno más próximo dice que "está de pretemporada"

Hace semanas que Ronaldinho Gaúcho anda con la cabeza gacha. Es evidente que está triste y que su estado anímico queda refl ejado en sus acciones sobre el terreno de juego. Hasta hace poco no lo intentaba, pero ahora lo que prueba se queda en eso, en la intención. No lo sale nada. Sus partidos son cada vez más fl ojos, y si antes estaba acostumbrado a las ovaciones y a las caricias de los hinchas culés, ahora siente más bien lo contrario: las palmaditas en la espalda se han convertido en silbidos en el Camp Nou y las muestras de cariño, en broncas a las que no estaba acostumbrado. Sabe que le toca ponerse las pilas y que, en el Barça, con intentarlo no basta. Y más si se ha insistido en que tienen al mejor futbolista del mundo.

Ayer, día de entrenamiento voluntario en el Camp Nou, el brasileño no acudió a la cita. Se quedó en su casa, supuestamente descansando del esfuerzo acumulado tras el partido del miércoles en el Ruiz de Lopera, ante el Betis. Al acabar el encuentro (1-1), Ronaldinho, en tono autocrítico, aseguró que "cuando las cosas no salen, la gente me pregunta si me pasa algo; pienso que somos todos, no sólo yo". Y añadió: "Las críticas son normales, pero eso me motiva a hacerlo mejor. Hasta ahora sólo he jugado tres partidos en lo que va de año..."

Gente de su entorno más cercano también está acusando la baja forma del crack. Pero tienen una explicación: es como si Ronaldinho "estuviera haciendo una nueva pretemporada", cuando la competición vive uno de los momentos más decisivos, no de resultados, pero sí de posicionamiento para llegar al mes de mayo con opciones en todo lo que resta por jugar. Consideran que acabará la temporada pletórico y que volverá a sonreír en los campos de fútbol.

Nuevo contrato. El vicepresidente Ferran Soriano aseguró ayer que "a corto plazo no le queremos renovar; tiene tres años más de contrato..." y eso cuando el pasado verano Joan Laporta habló de ampliar su relación con el Barça hasta 2014. Ya se sabe, cuando las cosas van bien, el presidente es el crack; si no es así, Ronaldinho es el culpable.

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