Primera | Real Madrid-Valencia
Los García: "Pablo será nuestro jugador clave"
AS reunió a Gª Navajas, Cortés, Remón, Hernández, Pérez Gª y Pablo
Pablo García Pérez llegó al Bernabéu con su habitual gesto sereno, cazadora vaquera marrón y tejanos azules. Ni se olía lo que se le avecinaba. En el césped del santuario de La Castellana le esperaban cinco trozos de la historia del Real Madrid, cinco hombres unidos por un apellido (García) y por un pasado que no fue mejor y en el que no había ni galácticos, ni glamour, ni muchos títulos que echarse a la boca.
Mariano García Remón (jugador blanco de 1971 a 1986), Rafa García Cortés (1978-82), Antonio García Navajas (1979-82), Paco García Hernández (1978-83) y Ángel Pérez García (1979-81) arroparon a su tocayo en un emotivo encuentro organizado por AS para reunir al jugador de moda del Madrid de Luxa con una generacion de futbolistas que dio la cara en uno de los momentos deportivos más duros para este club.
El uruguayo sacó a relucir su socarronería habitual: "¿Pero qué pinto yo aquí al lado de estos fenómenos? Yo debería estar en casa y que salgan sólo ellos en las fotos...". A Pablo le explicó García Remón, con su habitual tono didáctico, el origen del Madrid de los García: "Fueron tiempos complicados porque el club no tenía dinero para fichar grandes cracks y se tiró de los chicos del Castilla. Muchos se llamaban García y Boskov les dio bastante confianza".
El Emperador del Calderón escuchaba atento mientras García Navajas se defendía: "Nos llamaban así con cierto tono peyorativo, pero jugamos la final de la Copa de Europa del 81 y el año siguiente llegamos hasta las semifinales. Y ganamos dos Ligas, una Copa del Rey, la de la famosa final con el Castilla... No éramos tan malos como se decía".
Pérez García, el hombre que anuló a Kevin Keegan, dejó claro ante el asentimiento general que "Pablo García ha dado equilibrio al Madrid y será un jugador clave para este equipo. Ha sido un grandísimo fichaje".
Pablo García estaba tan feliz que le vimos sonreír, lo juramos, en la larga sesión de fotos a la que le sometimos con este quinteto que hace 25 años luchó por salvar el patrimonio deportivo y el prestigio de aquel Madrid de la transición. García Cortés aprovechó la ocasión para aclarar para los restos: "Mi fallo en el gol del Liverpool en la final del 81 no fue por una torpeza. La cal de la raya del área del Parque de los Príncipes parecía engrudo de lo dura que estaba. En un mes seguro que ni la habían repasado. El balón botó fatal y por eso le di una patada al aire. ¡Qué cruz!".
Tras posar el sexteto junto a la estatua de Machimbarrena y Aranguren ("Todos la tocábamos antes de saltar al campo para que nos diese suerte", rememora García Hernández), apareció Florentino Pérez para sorpresa de los seis Garcías. El presidente se enteró de que Pablo se apellida Pérez, por parte de madre, y le bromeó: "Pablo, con ese apellido es normal que seas tan bueno".
El charrúa se fue feliz. Ya conoce mejor la historia de su nueva casa. Llamarse García le convierte en el heredero de aquel Madrid entusiasta y austero. Y llamarse Pérez es aquí un salvoconducto. Al fin y al cabo, fue un fichaje del Presidente...