Histórico Fernando Sanz

En los seis años que llevo en Málaga, he ido a Madrid tres o cuatro fines de semana. Así, en ese distanciamiento material de la capital, se hace explícita la querencia a Málaga de Fernando Sanz, que este domingo, cuando empiece el partido ante Osasuna, igualará a Contreras como jugador que más partidos ha jugado en la historia del Málaga CF. Un mito. Su trayectoria es paralela a la del club en Primera División. Ser una especie de embajador de este club es algo que me emociona, porque cuando llegué aquí, la gente era madridista o barcelonista. Veo que eso ha cambiado. Ahora hay afición del Málaga, la gente va por la calle con la camisetas, es distinto.

Después de seis años, del Fernando Sanz que salió de Madrid queda poco. De pronto ve la portada de AS y lee. El espíritu de la Séptima. Me queda tan lejos que casi ni me acuerdo, y no guardo ni un vídeo. Para mí eso es historia. Sanz, que en Madrid fue el hijo de para todos menos para el vestuario, que le tenía inmenso aprecio, tuvo que marcharse de allí. Me colgaron el cartel desde el principio. Apenas le importaba a la mayoría de la opinión pública que fuera partícipe de la reconquista de Europa o de la Intercontinental. Ahora no se reconoce en el actual Real Madrid: Sigo siendo madridista, pero el equipo en el que yo crecí ya no existe. Aquel era un equipo del pueblo, más campechano. El de ahora es un club inaccesible, lo veo todo demasiado lejos.

Tampoco es para mirar mucho más allá. El presente de Fernando Sanz es el Málaga, el club donde ha encontrado hueco y reconocimiento, aunque sigue empeñado en dejarlo en 2007. Si me lo pidiesen los compañeros o la afición, igual me lo planteaba, pero llevo muchos años de viajes y concentraciones. He descuidado demasiado la familia. Es hora de cuidarla.

Asentado en el once una temporada más con Gregorio Manzano (un hombre serio y dialogante), Sanz apadrina a la generación que le tomará el testigo. A Juanito, Alexis o Juan Rodríguez les tengo un aprecio especial. No es que ellos aprendan de mí, es que les gusta estar conmigo y a mí con ellos, explica muy reflexivo. En enero cumplirá 31 años, Sanz es un tipo maduro. Ha visto mucho y lo ha pasado mal. No sólo en Madrid. En Málaga sufrió una lesión en el tobillo que le tuvo parado tanto tiempo que algunos dudaron. Él no.

Él volvió a ser titular. Con Peiró, Juande Ramos y Manzano. Tener el tobillo roto es jodido, pero momentos complicados también los ha habido otras veces, como cuando perdimos 1-6 contra el Valencia y llegaron las críticas.

Al fin, Fernando Sanz llega a los 146 partidos e iguala a Contreras. Antes ha pasado por encima a Valcarce, Roteta, Dely Valdés, Edgar, Miguel Ángel o Darío Silva. Todos coetáneos, todos miembros de una generación que ha hecho historia en Málaga. Es la primera vez que el club está seis temporadas consecutivas en Primera División. En la época del CD Málaga eso nunca sucedió. Creo que hay que valorar eso. Más lejos se le quedan los 271 partidos que jugó Migueli, una leyenda del fútbol malagueño en su momento. No creo que lo supere. No he hecho cuentas, pero si me retiro en 2007 no creo ni que me diese tiempo a alcanzarle. De todas formas, no me obsesiona.

De pronto Sanz se vuelve melancólico. Ya participó en la conquista de la Intertoto, pero siempre insiste en su sueño: Ganar un título grande, una Copa del Rey. Sería un buen colofón ahora que estamos llegando al final.

Ese es Fernando Sanz, el hombre que huyó de lo rosa desde el principio de su matrimonio, que se refugia (cuando puede) en el anonimato. ¿Y cuando acabe? Entrenador, ni en pintura. Los indicios apuntan a la presidencia. Tiene toda la pinta, pero él es tan escéptico que se hace creíble. No creo que sea presidente. Yo entro a los despachos a defender mis compañeros. Capitán Sanz, pues.

Histórico gol

Las cifras de Fernando Sanz, que ya están en la historia, no son destacadas por los goles. Pero sí es inolvidable el gol que hizo en el Bernabéu en 2001. Su debut goleador en Primera.