Eurocopa 2004 | CROACIA 2 - FRANCIA 2

Prso sacude a Francia

Zidane forzó el gol en propia puerta de Tudor

ladislao j. moñino
reuters

Al campeón ya le han puesto a prueba dos veces. En una le salvó la clase de Zidane, en la de ayer medio le arregló el desaguisado Butina con dos regalos . Fue curioso ver cómo el diez francés encabezó uno de esos gestos que tratan de activar la épica y la necesidad de demostrar quién es el que manda en los partidos. Hicieron un corrillo todos los jugadores y trataron de espolearse con los gritos de su capitán. Pero el gesto sólo valió para empatar un partido en el que las rotaciones de Santini aclararon su enfoque del partido: sacó un once basado en la superioridad manifiesta francesa. Todas por motivos que apuntaban a la posibilidad de temer que el último partido fuera decisivo: el seleccionador no arriesgó con el hombro de Makelele, ni con la segunda amarilla de Pires, ni con el desgaste de Lizarazu. Tardó en cogerle el punto al partido Francia. Ni siquiera el primero de los regalos, de Butina y Tudor, alteró sus ritmos. Fue una selección plagada de muy buenas intenciones en el primer tiempo: jugadores que entran y salen, intercambios de flanco entre los jugadores de banda, repliegue vertiginoso tras pérdida de balón. Todos esos mínimos mecanismos que debe tener un equipo. Con eso le bastaba para mandar en el marcador y en el partido, aunque dejó muchas dudas.

Están haciendo mucho hincapié los franceses en lo que les cuesta jugar contra defensas cerradas. Ayer hubo dos motivos. El primero es que ninguno de los dos que las ocupaban están en su posición natural: Wiltord empezó su carrera como segundo punta y Henry no es un extremo. Lo de las defensas blindadas, el que más lo está pagando es Henry. Se le conoce demasiado para cometer la ingenuidad de dejarle espacios. Croacia juntó mucho las líneas y sus cuatro defensas mantuvieron siempre las posiciones. Así, en las pocas ocasiones que pudo acometer una de sus poderosas arrancadas tenía siempre un muro de tres futbolistas contrarios, como mínimo, aguardándole. Parece que los seleccionadores de esta Eurocopa le tienen muy estudiado, porque contra Inglaterra le pasó lo mismo. Tampoco le ayudan demasiado las veces que se empecina en colocarse paralelo a Trezeguet, en la frontal del área, sin más motivo que seguir la jugada con la mirada. También, esa falta de penetración por bandas le da problemas al jugador de la Juventus. Es un delantero que vive mayormente de los centros al área desde los costados. Y en dos partidos no ha tenido demasiadas oportunidades de hacer valer su remate de cabeza.

Otra de las dudas del campeón es la defensa. No parece haber entendimiento entre Thuram y el que juega a su lado. Ante Inglaterra fue Silvestre y ayer Desailly. Un problema serio a solucionar.

La reacción de los croatas vino por la mala medición de Silvestre en su entrada a Prso. Lleva dos penaltis de primerizo en campo grande, cuando las referencias y las dimensiones aún no se han procesado y se mete la pierna en el área como si se estuviera en el centro del campo. El empate generó la típica reacción en un equipo inferior. En torneos internacionales de selecciones estos giros anímicos parecen ser más convincentes aún: se agranda la autoestima, la grada jalea y el resultado son once tipos que no tienen nada que ver con lo que eran instantes atrás. El gol de Prso pudo ser la campanada del campeonato. Tuvo contra las cuerdas a Francia, que se levantó por Butina. Volvió a ser generoso y regaló el segundo tanto.

EL DETALL: Cánticos racistas en Leiría

Los hinchas croatas desplazados a Leiría dedicaron cánticos xenófobos a todos los jugadores negros de la selección francesa.

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