Eurocopa 2004 | España - Portugal

Arbitra Frisk, un enchufado de Johansson con fama de paloma

Con mucha frecuencia le puede la presión local

juan m. gascón

Nórdico, contemporizador y buen árbitro cuando el partido no es complicado, aunque con problemas para imponer su autoridad si aprieta la presión y desconocedor de la mentalidad latina. Así definen a Anders Frisk, elegido por la UEFA para dirigir el trascendental Portugal-España, los expertos en materia arbitral consultados por este diario, un colegiado bien considerado por sus superiores jerárquicos en el organismo internacional, con buena aceptación en la prensa, pero que presenta graves carencias para entender el fútbol de esta parte del continente y las artimañas que sus jugadores son capaces de utilizar para que la presión juegue a su favor. En este caso, una buena paloma que fácilmente puede enredarse en los intereses locales (eso sí, diplomáticamente y evitando siempre el escándalo, nada que ver con el estilo Al Ghandour), y un mal halcón para nosotros, los visitantes. Sueco, cumplió en febrero 40 años y, al margen del suyo, habla perfectamente otros dos idiomas: el inglés y el alemán.

El Roma-Galatasaray.

Una de sus actuaciones más comprometidas fue su arbitraje en el Roma-Galatasaray de la Champions League en la temporada 01-02 (1-1), que terminó con múltiples agresiones entre los integrantes de los dos equipos y la intervención de la Policía. El conflicto suscitó una protesta oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía y la intervención de la UEFA. En octavos de final del pasado Mundial señaló un penalti a Hierro contra Irlanda.

Para el resto de los encuentros han sido designados los siguientes colegiados: Rusia-Grecia, Gilles Veissiere (Francia); Letonia-Alemania, Michael Riley (Inglaterra); Holanda-República Checa, Mejuto González (España); Bulgaria-Dinamarca, Lucilio Batista (Portugal); e Italia-Suecia, Urs Meier (Suiza).

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