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'El desorden que dejas', la nueva miniserie de Netflix: ¿Merece la pena?

Carlos Montero, creador de series como 'Élite' o de 'Física o Química', dirige 'El desorden que dejas', un thriller basado en su propia novela.

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'El desorden que dejas', la nueva miniserie de Netflix: ¿Merece la pena?

¿'El desorden que dejas' enchancha? Sí. ¿Las interpretaciones de las protagonistas son creíbles? También. Sin embargo, hay algo que deja un sabor amargo al finalizar la nueva miniserie de Netflix dirigida por Carlos Montero, creador de la exitosa 'Élite'. Hoy en Epik desvelamos las razones por las que la serie puede ser un éxito o una catástrofe.

Este thriller estrenado el pasado viernes 11 de diciembre ha sido catalogado por algunos como un 'Élite' para adultos. Volvemos a ver a un puñado de adolescentes (interpretados, como de costumbre en las series españolas, por actores que superan la veintena) luchando por encontrarse a sí mismos en el instituto de un pueblo de Galicia.

Esta vez la lucha es más complicada que nunca: Viruca (Bárbara Lennie), la atractiva y enigmática profesora de literatura que marcó la vida de todos con sus clases, se suicida. La encargada de sustituirla será Raquel (Inma Cuesta), una joven insegura que no es bienvenida en el instituto; en su primer día de trabajo, sus alumnos le dejan una macabra nota entre los trabajos: "Y tú, ¿cuánto vas a tardar en morir?"

Razones para ver 'El desorden que dejas'

Una vez conocida la sinopsis, se abre paso la miniserie de Netflix de la que todos hablan desde el pasado viernes. El comienzo no defrauda. Bárbara Lennie e Inma Cuesta bordan unos papeles intencionadamente paralelos y los espectadores querrán saber desde el primer momento qué esconden los alumnos (encabezados por Iago -Arón Piper-) y por qué Viruca cometió ese extraño suicidio.

Inma Cuesta (Raquel) consigue en todo momento que el público empatice con su personaje. La muerte de su madre en el pasado y la lucha constante a la que se enfrenta en el presente con los alumnos, con su marido y con una profesora que se suicidó antes de que ella pisara el instituto conmueven a los que la ven casi tanto como a ella misma.

Durante los ocho capítulos el espectador permacerá desconcertado pero enganchado a una historia que mantiene el suspense, que tiene una buena producción y que se escucha con una gran banda sonora de Xoel López.

Razones para no ver 'El desorden que dejas'

Antes de nada, advertimos: no haremos 'spoilers' sobre el final, pero sí contamos algunos detalles sobre el argumento.

Lo que comenzó como un paralelismo entre las dos protagonsitas misterioso y atractivo durante los primeros capítulos degenera en comparaciones demasiado forzadas. Las actrices siguen cumpliendo su papel con creces, pero los continuos ataques (algunos inconsistentes) de los alumnos hacia Raquel y el papel que el marido de Viruca juega con la profesora sustituta tienen toques poco creíbles para el espectador.

Por otra parte, está la historia del marido de Raquel. Germán quiere mudarse de manera definitiva al pueblo con su mujer y hará lo que sea por salvar matrimonio, pero ella acaba descubriendo un pasado sucio que, francamente, a veces encaja y otras no.

El desenlace tiene buenos trucos. Carlos Montero coge las escenas que vimos en los primeros capítulos y nos dejaban totalmente confusos y las vuelve a emitir en contexto para que el espectador comprenda a qué se debían. Sin embargo, algunas trampas en el guion revelan un final demasiado frío que vuelve a dejar al público casi tan desconcertado como en los primeros episodios.