El humor negro es siempre un tema conflictivo entre los usuarios de redes sociales. Por un lado, muchos defienden que es sano reírse de uno mismo y que el humor no debería tener límites. Por otro, miles critican que se trata de una manera irrespetuosa de hacer chistes.

Estos últimos llevan años poniéndoselo difícil a los humoristas más negros. Solo tenemos que recordar el caso de David Suárez, que causó tal revuelo en Twitter que fue despedido de 'Yu', o el de Iggy Rubín nombrando a Ortega Lara en 'La Resistencia'. Incluso David Broncano, el cómico de moda en España, ha hecho más de una broma sobre José Bretón o sobre Desirée Vila, la atleta paralímpica que fue invitada a su programa.

Pero el truco, si podemos llamarlo así, fue que Desirée Vila decidió tomarse su condición con humor. Por tanto, si ella misma quita las barreras, los humoristas pueden sentirse libres para quitarlas junto a ella y seguirle los chistes. Muchos coinciden en el que ahí está el límite del humor negro: permitirlo siempre y cuando el que lo 'sufre' también lo 'bromee'.

"No nos parecemos en nada pero ninguno podemos andar"

Con esta última reflexión llegamos al tuit de Pablo Molina, un chico en silla de ruedas que posa frente a la cámara y se compara con La Sirenita de Disney: "No nos parecemos en nada pero ninguno podemos andar", señala. "Y en las dos fotos se ve el mar", le contesta uno con la seguridad de poder hacer chistes sobre el asunto.

El tuit ha conseguido más de 5.000 retuits y 55.000 'likes' y todos aplauden el sentido del humor del tal Pablo Molina. "Reírse de uno mismo es la mejor medicina", le dice uno. Otro incluso le compara con Stephen Hawking.