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34º aniversario

Caballos salvajes se asientan en la zona de exclusión de Chernóbil

Estos animales de aspecto primitivo se pasean a sus anchas por la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil donde existe alta radioactividad.

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Caballos salvajes se asientan en la zona de exclusión de Chernóbil

El pasado 26 de abril se cumplieron 34 años de la terrible catástrofe en la central nuclear de Chernóbil (Ucrania), la mayor de la historia en una instalación nuclear de este tipo. El accidente dio lugar a una zona de exclusión de más de 4.700 kilómetros cuadrados entre los territorios de Ucrania y Bielorrusia y donde se llevó a cabo la evacuación de más de 350.000 vecinos de la zona debido a los altos índices de radioactividad.

Los niveles de contaminación radioactiva eran tan altos que los expertos señalaron que la zona de la catástrofe se convertiría en inhabitable durante los próximos 20.000 años y que Chernóbil se convertiría en un gran desierto. Sin embargo, tres décadas después del accidente la vida ha vuelto a la zona gracias a una abundante y variada comunidad animal. Y es que varias especies en peligro de extinción han encontrado en la zona de exclusión el lugar idóneo para vivir fuera de la amenaza del ser humano. Un claro ejemplo de ello son los caballos de Przewalski.

Este tipo de caballos salvajes de aspecto primitivo que recuerdan a las pinturas rupestres son típicos de las estepas asiáticas desde el siglo XV aunque esta especie no fue reconocida como tal hasta el año 1881 por el coronel ruso Nikolài Przewalski, de ahí su nombre. El sobrepastoreo y la caza para su consumo supusieron una gran amenaza para estos caballos durante décadas siendo en 1969 el año en el que hasta ahora se había avistado el último ejemplar.

Asentamiento en la zona de exclusión

Hasta el momento del accidente en la central nuclear de Chernóbil, no se tenía constancia de la existencia de caballos de Przewalski en el territorio. Todo cambió a partir del año 1998 cuando aparecieron los primeros 31 ejemplares por la zona de exclusión: 10 machos y 18 hembras procedentes de una reserva natural del sur de Ucrania y 3 machos de un zoo local. La reproducción entre ellos hizo que la tasa de natalidad se elevara hasta llegar a los 65 ejemplares en tan solo cinco años.

Veinte años después, el número de caballos de Przewalski se ha multiplicado por cinco y es que según el último censo que data del año 2018, se confirma que en Chernóbil viven 150 caballos salvajes agrupados en manadas incluso algunas de ellas en el famoso “bosque rojo”, la zona más radioactiva del planeta. Así lo han demostrado también las cámaras de fototrampeo instaladas en la zona de exclusión.

Los animales se refugian del ser humano

Chernóbil se ha convertido en el hábitat ideal para muchas especies animales que se encontraban en peligro de extinción debido a la acción del hombre. Son muchos los animales que han encontrado en esta zona de exclusión un refugio y que nos lleva a reflexionar sobre el impacto negativo del ser humano en los ecosistemas naturales. Y es que en este caso, es realmente llamativo que los caballos de Przewalski hayan logrado perpetuar su especie en un territorio con altos índices de contaminación pero sin actividad humana alrededor.