Star Wars: El ascenso de Skywalker se estrena esta semana en cines. Será la cinta que cierre la saga de las trilogías clásicas de Star Wars, un mundo ideado por George Lucas en 1977 que se ha convertido en la mayor franquicia de la historia.

Las grandes historias, lógicamente, se contruyen también con grandes villanos, y Star Wars tuvo el suyo con Darth Vader... pero ya sabíamos que Vader en el fondo tenía cierto poso positivo, así que hablar del mayor malo de Star Wars es, obviamente, referirse al Emperador Palpatine o Darth Sidious.

Tanto en las películas originales en las que aparece (Episodios V y VI), como en la trilogía de precuela (I, II, y III) Ian McDiarmid fue el actor que se puso bajo la piel tanto del Emperador como del inicialmente corrupto senador Sheev Palpatine antes de su transformación y de que tomara el control de la República para destruirla y formar el Imperio.

Ahora, sabemos ya que el Emperador Palpatine vuelve en el Episodio IX, el definitivo, y que una vez más lo hará interpretado por Ian McDiarmid, ¿pero qué fue del actor durante este tiempo?

Actor del género fantástico y productor de teatro galardonado

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Ian McDiarmid nació en 1944 en Carnoustie, Escocia, y desde pequeño tuvo devoción por el teatro, aunque se licenció en psicología clínica para tener una carrera de fondo por si el plan no le salía bien.

Desde joven comenzó no obstante a formarse en la la Royal Scottish Academy of Music and Drama y luego pasar a formar parte de la compañía Real de Shakespeare. Sus dotes le abrieron las puertas de la televisión en Los Profesionales, serie británica estrenada en 1977, justo el año de Star Wars Episodio IV.

Su debut en una película fue en 1980, con Richard's Things, y al año siguiente fue contratado por George Lucas para desempeñar el rol del Emperador Palpatine que ya todos conocemos.

Tras el éxito de las sagas, siguió ligado al cine con papeles puntuales pero sobre todo se centró en el teatro, donde fundó su propia compañía, con cuyo trabajo consiguió colocar una de sus obras en Broadway, que le valió en 2006 el premio Tony, el más prestigioso del teatro estadounidense.

Triunfador sobre las tablas y como director teatral, McDiarmid solo se ha dejado ver en algunas películas como Sleepy Hollow (1999), Restauración (2005) o La Ciudad Perdida de Z (2016) de forma más reciente.

Además, también participó durante la primera trilogía de Star Wars en Dragonslayer (1981), hoy mítica película de culto por sus efectos especiales tan ochenteros.

Ahora que McDiarmid se sabe que se meterá de nuevo en la piel de Palpatine, por alguna entrevista ha dejado también algunas curiosidades. La primera, que George Lucas le aseguró que su personaje estaba muerto, y la segunda, que cuando JJ Abrams le propuso volver al principio no se lo creyó del todo.