La película Cazafantasmas de 1984 es hoy un recuerdo vivo del cine de los 80. Bill Murray y compañía contra un montón de fantasmas que dieron lugar a varias series de animación y algún videojuego.

En el cine, sin embargo, hasta ahora no han tenido tanta fortuna. La secuela de 1989 no fue desde luego tan buena, y cuando en 2016 se hizo un reboot con un elenco formado por mujeres salió a la luz el lado más casposo de los fans, que no querían ver a un grupo de féminas ocupando el lugar de los míticos cazafantasmas.

Ahora llega Ghostbusters: Afterlife, que sí que es continuación directa de la película de los 80, pero esta vez 30 años después y fuera de Nueva York.

La premisa nos lleva a Nueva York, donde una mujer y sus dos hijos se trasladan tras heredar una casa familiar que desconocían. Carrie Coon -conocida por The Leftovers- es la madre, y Finn Wolfhard -Stranger Things- y Mckenna Grace -Yo, Tonya-, los hijos).

Pronto descubrirán que uno de los antiguos cazafantasmas -Bill Murray- tiene mucha más ligazón con ellos de la que creen. Pero hay un problema. La lucha final de los Cazafantasma en la película de 1984 se ha convertido hoy en un rumor en el que nadie cree.

Así, entre elenco tomado de Stranger Things, un personaje joven, femenino y fuerte como Eleven en la piel de Mckenna Grace, y el entorno rural junto con el grupo de niños, esta secuela parece querer tomar lo mejor de Stranger Things para retomar la franquicia.

La película se estrena en el próximo verano de 2020.