Hace 50 años, la fotografía que ahora inunda tiendas de discos, paredes de bares y salas de conciertos, se tomaba en la mítica calle de Abbey Road de Londres, la misma que ponía nombre al décimo álbum de los Beatles. La banda británica ya no tocaba en conciertos masivos, pero su popularidad estaba lejos de cesar.

Era una época de cambio para los cuatro de Liverpool. Los Beatles habían dejado atrás definitivamente sus primeros años más poperos al ritmo de 'All my loving' o 'Can't buy me love' y sus canciones buscaban nuevos géneros que oscilaban entre el rock, la psicodelia e incluso la música india, algo que habían demostrado también en su álbum anterior a Abbey Road, 'Sgt. Pepper's lonely hearts club'.

Paul McCartney y John Lennon ya no eran los únicos nombres que aparecían en las composiciones de los Beatles; George Harrison también se había animado a sacar sus propias obras y no tenía nada que envidiar al dúo más conocido de la banda: 'Something' y 'Here comes the sun', ambos temas de Harrison, fueron auténticos éxitos y hoy en día se consideran como dos de las mejores canciones que lanzaron en sus años activos.

Fue la época del hard rock de 'Come Together', de 'Oh! Darling' y de 'I Want You (She's so heavy'), del rock experimental basado en el famoso 'Claro de luna' de Beethoven en 'Because' y de la psicodelia en 'Sun King'. La popularidad de la famosa imagen de los Beatles en el paso de peatones de 'Abbey Road' no es casualidad: él álbum marcó una época de transición en la banda y actualmente es considerado como uno de los mejores.