Más allá de sus programas de televisión, el canal de Youtube de Frank Cuesta se ha convertido en su plataforma para concienciar sobre el cuidado de los animales.

Allí el leonés muestra en su último vídeo un búho que recogió después de que fuera explotado para que los turistas se hicieran fotos con él. Le habían cortado un tendón en las alas para que no pudiera volar, y el ave además tenía un ojo perdido. Estaba, "muerto en vida", como dice Cuesta, y por desgracia parece que será así siempre. No ve, no puede cazar, y no se puede despegar del suelo.

Esta es la cruda realidad que se esconde detrás de algunas atracciones que especialmente en países exóticos proponen a los turistas hacerse fotos con animales salvajes. Si te lo acercan con confianza, es porque el animal no está en su estado natural.

Este búho contrasta con otro que enseña Cuesta y que, sano, lo está educando ahora para que odie al hombre: es decir, que sea huidizo para que no lo vuelvan a cazar, algo que ya hizo con Mariano, uno de los animales con los que más empatía ha tenido.