Maddie, la Pamela Anderson de Tarragona, estaba orgullosa del parecido que todos le achacan con la actriz estadounidense. En cuanto a los hombres, tenía muy claro lo que buscaba al principio del programa de First Dates: quería un empresario, y si no tenía una empresa, que al menos tuviera mucho dinero. "Me atrae el éxito de una persona", reconocía Maddie durante la entrevista.

La cita comenzó sobre ruedas: en cuanto la comensal conoció a su cita, le aclaró a Gori que todo el mundo le decía su parecido con Pamela Anderson y él la elogió aún más: "bueno, pero Pamela Anderson es ya una mujer mayor, tú eres una niña", le dijo Gori a la mujer de 34 años. Ella, orgullosa del cumplido que acababa de oír, reconocía en la entrevista que su cita le había gustado porque tenía pinta de hombre de negocios.

Sin embargo, en cuanto la comensal conoció la profesión de Gori, tenía claro que no era lo que buscaba: ni era empresario, ni viajaba mucho, ni se dedicaba a los negocios. El comensal le dijo que trabajaba como vigilante seguridad y a Maddie no le atrajo la idea. Sin embargo, él enloqueció en cuanto la vio por el físico que tenía. "Se parece bastante a Pamela Anderson, pero claro, en persona... Estás bastante nervioso porque está bastante buena", dijo sin tapujos el comensal durante la entrevista paralela a la cena.

A pesar de las discrepancias, eso no evitó que tuvieran un encuentro de lo más sensual: Maddie reconoció que le encantaba la cirugía estética, presumió de operaciones, y posó para él durante una sesión de fotos. Gori reconoció que le había encantado: "Le estaría haciendo fotos hasta que se acabara la batería".

Sin embargo, de nada sirvió la sesión, la conversación que tuvieron sobre sus fetiches sexuales y ni siquiera el baile sensual que protagonizó en la sale de First Dates. Cuando llegó el momento de la decisión final, ella le dijo claramente que lo veía como amigo, pero no "como pareja de cada día".