El cine español, al igual que el de otros muchos países, ha sido capaz de crear obras de una altísima calidad, películas que quedarán en el recuerdo de los espectadores durante años y que otorgan a la industria del cine de nuestro país una calidad incuestionable.

Eso sí, no es oro todo lo que reluce. La industria del cine español también ha perpetrado auténticos bodrios. Películas infames, algunas de ellas incluso nos han dado un poquito de vergüenza ajena y de eso va este artículo, de recordar esas películas españolas realmente malas que no nos hemos podido sacar de la cabeza.

Tuno Negro (2001)

Una película de terror en el que un asesino se infiltraba en la tuna de la Universidad de Salamanca e iba asesinando a los peores estudiantes de cada clase. Con ese sencillo argumento, ¿qué podía salir mal? Lo cierto es que la película se estrenó como una especie de blockbuster de terror a la española intentando imitar fórmulas de Hollywood que claramente no funcionaron. El reparto era de lujo para la época, con actores en la cresta de la ola como Silke, Jorge Sanz, Maribel Verdú o Eusebio Poncela. Esta mezcla de terror, sangre y sexo fue tremendo fracaso y la crítica primero y el público después hundieron la película.

Mentiras y gordas (2009)

David Menkes y Alfonso Albacete dirigieron esta cinta en la que Ángeles González Sinde, en ese momento Ministro de Cultura en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, participó en el guión. La película es una oda al exceso de las drogas, del sexo, de las envidias y de las mentiras. Eso sí, el reparto estaba lleno de jóvenes y caras conocidas (Hugo Silva, Ana de Armas, Mario Casas, Yon González) que aseguraron una buena taquilla. Eso sí, la nota en filmaffinity (2,2) deja a las claras que la película daba más vergüenza ajena que otra cosa.

Nuestros amantes (2016)

Desastrosa comedia romántica protagonizada por Eduardo Noriega, Michelle Jenner y Gabino Diego. Una historia inverosímil, sin pies ni cabeza y con interpretaciones desastrosas, sobre todo por parte de Noriega y Diego. Ni una actriz gigante como Jenner logra salvar un guión que hace agua por todos los lados.

Holmes & Watson. Madrid Days (2012)

La carrera de José Luis Garci tocó fondo con su particular versión de las novelas de Arthur Conan Doyle. Gary Piquer se pone en la piel de un fallido Sherlock Holmes pero es que todo en esta película es un tremendo error. Un anacronismo imposible de digerir. Parece una mala película de los 70 rodada en pleno Siglo XXI. Una auténtica atrocidad.

Buscando a Eimish (2012)

Pocas veces una película que dure tan poco (84 minutos) puede provocar tanto sopor. Esta road movie protagonizada por Manuela Vallés y Óscar Jaenada empieza bien, con un misterio, pero acaba perdiéndose hasta volverse una cinta intrascendente. Lo único que estás deseando mientras las ves es que acabe de una vez.

La saga de la herencia Valdemar (2009 y 2010)

Óscar Jaenada repite en esta saga que quizá no debería haberse rodado jamás. Resulta que se tienen que tasar los bienes de una mansión victoriana llamada Valdemar y la gente que tiene que tasarla va desapareciendo. Clima de misterio, viene un detective a investigar el caso y la trama se va enmarañando durante dos películas. Un despilfarro de efectos especiales y monstruos digitales que provoca más vergüenza ajena que otra cosa.