Siria ha sido siempre una de las peores selecciones del mundo. No ha disputado nunca un Mundial, ni ha estado en puestos medios en los Rankings FIFA. Sin embargo, es ahora con el país completamente destruido por la guerra más sanguinaria de las últimas décadas cuando el equipo de este país está más cerca de alcanzar su objetivo.

La selección Siria empató este martes contra Irán 2-2, un resultado que le permite ser tercera de su grupo de cara al Mundial de Rusia en 2018, y que le da acceso a la repesca. No están aún clasificados, pero es lo más cerca que han estado nunca. Y eso, para un país sumido en la tragedia, les ha permitido unas horas de felicidad.

Una muestra de ello es cómo este comentarista sirio de BeIN Sports narra el gol que certificó el empate, logrado por el delantero Al-Soma en el descuento. Seguramente una de las narraciones más entregadas de los últimos años.

Una selección politizada

La narración del gol ha dado vueltas en redes sociales como reflejo del desahogo que supone para un país en guerra unas horas de felicidad gracias al deporte rey. Sin embargo, el deporte no se libra de la lucha de poderes e intereses que desde 2011 asola el país, dejando más de 12 millones de desplazados.

La Selección nacional de Siria está amparada y dirigida por el régimen de Bashar al-Assad. Tanto es así, que según se recogió en este reportaje de ESPN en palabras de varios deportistas y periodistas represaliados, se han dado verdaderas persecuciones entre sus futbolistas, que ahora sin embargo, poco a poco, vuelven a jugar para su selección.

No es esa la única dificultad. Fruto del conflicto, la FIFA impuso restricciones a Siria a la hora de celebrar sus partidos, que se disputan como local Malasia. Un escenario, este del fútbol, también complicado para los sirios, que no obstante pueden poco a poco volver a ilusionarse con su Selección.