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NOSTALGIA LIGUERA

Los equipos que la Liga echa de menos (V): el Mallorca

Finalista de la Recopa y equipo Champions que ahora lucha por no descender a 2ªB

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Los equipos que la Liga echa de menos (V): el Mallorca
JUSTO GONZALEZ DIARIO AS

El Real Club Deportivo Mallorca es otro de los equipos clásicos del fútbol español a los que se echa de menos en la Primera División. Desde su último descenso a Segunda, en la temporada 2012-2013, el conjunto bermellón no ha sido capaz de regresar a la élite e incluso en este curso está luchando por mantenerse en la categoría de plata de nuestro país. El club está a todos los niveles a años luz de la época más gloriosa del conjunto bermellón, que se inició en la segunda mitad de la década de los 90 y se desarrolló luego en los primeros años de la década de los 2000.

El Mallorca ascendió a Primera División en la temporada 1996-1997 y en ese momento nadie era consciente de que el club se mantendría en la élite del fútbol durante 16 temporadas, logrando hazañas que nadie creía posibles en un equipo tan modesto. Pero todo cambió con la llegada al banquillo de Héctor Cúper. El entrenador argentino, que procedía del Lanús, trajo consigo a varios compatriotas suyos (Roa y Mena) y formó un equipo tremendamente rocoso que dio dividendos desde el principio.

El curso 1997-1998 vería al Mallorca disputar la final de la Copa del Rey ante el FC Barcelona de Louis Van Gaal, torneo que perdería en la tanda de penaltis, y finalizar como quinto clasificado en La Liga, a solo tres puntos del Real Madrid, cuarto clasificado. En este equipo destacaba la seguridad bajos palos del anteriormente mencionado Roa, una defensa completamente española y de garantías (Olaizola, Romero, Marcelino Elena e Iván Campo), un centro del campo en el que se combinaban contundencia (Engonga) e imaginación (Valerón y Stankovic) y una delantera llena de gol (Amato), juventud (Ezquerro) y entrega (Moyà y Pepe Gálvez).

El billete del FC Barcelona, como campeón de Liga, para la Champions, le dio la oportunidad al Mallorca de disputar en la temporada 1998-1999, la Recopa, torneo destinado a enfrentar a los diferentes campeones de copa del Viejo Continente y que celebraba en ese curso su última edición. Y el conjunto bermellón, dirigido por Cuper, respondió con creces a pesar de perder en ese año a jugadores importantes como Valerón y Mena, que se marcharon al Atlético de Madrid, Iván Campo, que volvió al Real Madrid, y el joven Ezquerro, que recaló en el Athletic Club.

Los fichajes del Mallorca resultaron ser un éxito y el equipo lo notó enseguida, llevándose ante el FC Barcelona la Supercopa en agosto de 1998. Cuper tiró de nuevo de argentinos: Siviero se hizo fuerte en la zaga, Ariel 'Caño' Ibagaza compensó la falta de magia que había dejado Valerón con su marcha, y Leo Biagini, tras temporadas muy discretas en Atlético de Madrid y Mérida, se destapó como un atacante solvente, anotando 11 goles en Liga. Además, uno de los grandes refuerzos fue el del camerunés Lauren, un joven mediocentro criado en Sevilla y que llegaba procedente del Levante tras una prometedora actuación en la Segunda División.

En Liga los baleares finalizaron terceros, con 66 puntos y ganándose plaza para la Champions, pero la Recopa fue sin duda la competición que puso el nombre de Mallorca en el mapa europeo. Los bermellones iniciaron la competición en dieciseisavos de final derrotando al Hearts escocés, posteriormente el Racing de Genk cayó por el valor doble de goles fuera de casa y en cuartos de final el Varteks croata tampoco fue rival. En semifinales, la locura se desató tras eliminar al Chelsea pero en la final quedaba el gran reto: la Lazio, un equipo plagado de estrellas: Mihajlovic, Conceiçao, Mancini, Salas, Vieri, Nedvez, Nesta. La pléyade de grandes jugadores era interminable. Vieri adelantó a los italianos en el minuto 6 pero Dani García Lara, uno de los refuerzos del Mallorca en ese curso, igualó cinco minutos después. El duelo se mantuvo igualado hasta los minutos finales, cuando Nedved, con el marcador señalando el 80, hizo el 2-1 definitivo. Una derrota dolorosa pero que curtiría a la 'ensaimada mecánica', el sobrenombre por el que se empezó a conocer a los de Cúper.

Iván de la Peña, jugador de la Lazio, consuela a Javier Olaizola tras la final de la Recopa 1998-1999

La temporada 1999-2000 se convierte en un curso de transición para el club. La resaca de la Recopa duró, sobre todo tras la marcha de Cúper al Valencia y de dos jugadores clave en el equipo: Carlos Roa, el portero del equipo, que se retiró del fútbol de manera repentina, y Marcelino Elena, que puso rumbo al Newcastle inglés, en una aventura bastante arriesgada para la época. La dirección técnica confió en Mario Gómez, otro entrenador argentino, para llevar las riendas del banquillo pero no pudo conseguir el permiso de la RFEF para entrenar en nuestro país y en la jornda 3 fue sustituido por el gallego Fernando Vázquez, un entrenador con sobrada experiencia en Primera División. El equipo no rindió al nivel de otros años en Liga -finalizó décimo- y cayó en la fase previa de la Champions ante el Molde noruego pero sí consiguió el billete para jugar la Copa Intertoto -con el acceso a la Copa de la UEFA como premio- al año siguiente y además encontró seguros de vida bajo palos con las buenas actuaciones de Leo Franco y el 'Mono' Burgos, otros dos porteros argentinos de nivel. En los puestos atacantes destacaron Carlitos y Diego Tristán, que ya había deslumbrado junto a Albert Luque en el ascenso del Mallorca B a Segunda División y que ya en Primera anotó 18 tantos en su estreno.

El curso 2000-2001 significó la vuelta del Mallorca a la élite del fútbol español. Con Luis Aragonés en el banquillo, el equipo volvió a ser muy peligroso. Roa regresó al Mallorca aunque Leo Franco se mantuvo como titular. Miguel Ángel Nadal, a sus 34 años, era el líder de la zaga mallorquina y estaba bien escudado por Olaizola, Miquel Soler y Fernando Niño. En el centro del campo entre Engonga, Marcos e Ibagaza cubrieron la marcha de Lauren, la gran perla del equipo que fichó por el Arsenal de Wenger. En posiciones más próximas a portería, el carismático Finidi George, procedente del Betis, hizo de las suyas junto a Albert Luque y un joven Samuel Eto'o, camerunés cedido por el Real Madrid que suplió los goles que el año anterior había anotado un Tristán traspasado al Deportivo de la Coruña tras su explosión como goleador. El equipo finalizó tercero en Liga con 71 puntos, sellando su billete para la Champions del año siguiente en un año en el que no jugaron en Europa, más allá de una eliminatoria de Intertoto en el mes de julio en la que cayeron eliminados.

La temporada 2001-2002 volvió a demostrar lo difícil que es para un equipo modesto compaginar Champions League y Liga. El equipo apenas hizo fichajes y siguió sustentado por la calidad defensiva de veteranos como Nadal y Soler y el gol de los imaginativos Luque y Eto'o. El fichaje de Luis Aragonés por un Atlético de Madrid hundido en Segunda División obligó a la dirección técnica a fichar a Bernd Krauss, entrenador con sobrada experiencia en la Real Sociedad, pero que fue destituido en la Jornada 8. Le sustituyó el croata Kresic, un veterano curtido en mil batallas pero que tampoco terminó la temporada. En la jornada 37 y con el descenso revoloteando, Llompart, un hombre de la casa con el que se ascendió en 1997, salvó al equipo del desastre. En Champions se cumplió, pasando la ronda previa ante el Hajduk Split y finalizando en tercera posición en su grupo, tras Panathinaikos y Arsenal.

El equipo se rearmó y mucho de cara al curso 2002-2003. El conjunto balear, dirigido ya por Gregorio Manzono, afrontó la temporada con una plantilla renovada. La marcha de Luque al Deportivo, el hueco dejado por Engonga, los fichajes de veteranos como 'Turu' Flores o Harold Lozano, y la llegada de Pandiani, el complemento perfecto en la delantera para Eto'o, otorgó al Mallorca un halo de imprevisibilidad que le acompañó durante todo el ejercicio. Equipo irregular pero que podía hacer de Son Moix un auténtico fortín. Finalizaron novenos en Liga pero ese equipo tenía un carácter distinto y la Copa del Rey era la oportunidad perfecta para demostrarlo.

El 29 de enero de 2003 es una fecha marcada en rojo para todos los bermellones. Fue el día en el que RCD Mallorca se hizo mayor. Era el partido de vuelta en Son Moix de los cuartos de final de Copa. El rival: el Real Madrid. Tras el 1-1 en la ida, los de Vicente del Bosque habían reservado a algunos jugadores y acabaron arrasados en el césped mallorquín. Fernando Niño adelantó a los locales y luego una maravilla de pase del 'Caño' Ibagaza le sirvió en bandeja a Eto'o el 2-0. El camerunés se reivindicó esa noche, ya que procedía de la cantera del Real Madrid, un equipo que jamás le hizo un hueco en su plantilla. Una combinación entre Riera y Soler le dio el doblete a Eto'o que colocó a su equipo 3-0 antes del descanso. Y en el segundo tiempo la fiesta se cerró con 4-0 tras un gol de Pandiani. Una auténtica exhibición de fútbol que continuó en semifinales ante el Deportivo y en la final ante el Recreativo de Huelva, al que derrotó en la final por 3-0. El Mallorca ya tenía el título que tanto había estado buscando.

Los jugadores del Mallorca celebran el título de Copa del Rey 2002-2003

La temporada 2003-2004 fue la última en la que Samuel Eto'o, que ya era uno de los delanteros más peligrosos de Europa, estuvo en el club. El club a partir de ahí empezaría a moverse por la mitad de la tabla y el baile de entrenadores comenzó. Se marchó Manzano, regresó Aragonés, luego volvió también Cúper y hasta el propio Manzano, pero el equipo no volvió a estar en los puestos de arriba. Mateu Alemany, presidente durante la época más gloriosa del equipo, también abandonó el club y con la llegada de la crisis económica, el club palideció. Aún así se mantuvo en Primera hasta 2013, fecha del fatídico descenso a Segunda. Hoy en día, más que luchar por volver a la élite, pelea por no descender a 2ªB. Triste realidad. De momento y hasta que regresen con los mejores, al RCD Mallorca se le seguirá echando de menos.