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NOSTALGIA LIGUERA

Los equipos que la Liga echa de menos (III): El Oviedo

Lángara y sus herederos quieren volver a Primera. Los azules llevan quince años lejos de una élite que muchas veces les abrazó en distintas etapas

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Los equipos que la Liga echa de menos (III): El Oviedo
Eloy Alonso, Diario AS

Algo esconde Oviedo, Vetusta de Clarín, capital del Principado, inspiración de Woody Allen y amor de Lángara. Algo tiene esa ciudad para que decenas de miles de personas acompañaran a su club en el Tartiere cuando cayó más allá del infierno. Algo tiene ese club cuando, casi chamuscado, logró inversores de medio mundo, disfrazados de bomberos. Algo tiene el Real Oviedo para gustar tanto en toda España… Salvo en Gijón.

“El Real Oviedo es una religión en esta ciudad. La afición es el patrimonio más importante de equipo”. Así se expresa un ovetense de nacimiento y oviedista desde los nueve años, César Martín. Es uno de los jugadores más importantes de las historia reciente del Oviedo, central o lateral al gusto del consumidor. Si no eres de Asturias, le recordarás por sus años de títulos en el Dépor. Si eres de la tierra de Don Pelayo, sabrás que lideró la zaga ovetense una y mil veces. Hoy es el director de relaciones institucionales del club.

César, como capitán del Oviedo ante el Mallorca en septiembre de 1998; empezaba su última temporada como jugador oviedista

Hace muchos años que el equipo asturiano no vive en Primera. Se cayó de la categoría de oro en 2001. Ahí terminó el episodio de gloria más extenso de la historia del Oviedo. Fueron trece temporadas en la élite. “Tuve la suerte de jugar todos mis años en el Oviedo en Primera. Fue una muy buena época”, recuerda César, que debutó en 1994, con solo 17 años. Vio desde la grada uno de los días más gloriosas de la historia azul.

19 de septiembre de 1991. Aquel día fue la recompensa a una temporada histórica. La tropa de Javier Irureta logró terminar en sexta posición la campaña anterior. Aquello significaba un billete a la UEFA, por primera vez en 62 años de historia. En la primera ronda esperaba el Genoa. “Aquello fue un hito histórico. Una fiesta de fútbol. Los tifosi invadieron Oviedo y el ambiente fue brutal”. El rugido genovés se apagó con un gol de Bango a la salida de un córner. Sin embargo, los asturianos cayeron en el partido de vuelta. Los italianos alcanzaron las semifinales y el Ajax ganó el trofeo.

Javier Irureta, en el centro de la escena como entrenador del Oviedo

Irureta aguantó un año más en el banquillo, poco antes de tomar las riendas del Súper Dépor. Radomir Antic cogió el testigo, puso a los azules a tocar el balón durante tres años, se fue al Atlético y volvió para asistir al descenso a Segunda en 2001, el último año en Primera. Por entonces, César ya estaba en Coruña. Tampoco formó parte del equipo que más éxitos logró. Viti, Sañudo, Elcacho, Rivas, Jerkan, Gorriarán, Berto, Bango, Gračan, Carlos y Janković, asisitidos por Zubeldia, Zúñiga, Sarriugarte, Gaspar o Luis Manuel protagonizaron la mejor época del Oviedo.

Sin embargo al pedirle un nombre a César no nombra a ninguno de ellos. Le cuesta, pero no duda: “Lángara”. Fue el héroe del Oviedo antes del estallido de la Guerra Civil. “Yo no le vi jugar, pero es una leyenda del Oviedo. Los que tienen más años siempre le señalan”. Entre ellos, el abuelo de César: “Esto no se aprende en los libros. Pasa de abuelos a nietos, de padres a hijos… Mi abuelo vivía en un pueblo cerca de Oviedo. Iba andando atravesando la montaña en los días de partido. Para ellos era el día más importante de la semana”.

El madridista Emilio Butragueño, en Oviedo

“El Oviedo es un sentimiento. Es algo más que un equipo de fútbol. Forma parte del día a día de la ciudad y de todo Asturias. Nací muy cerca del estadio. De pequeño veía los partidos desde mi casa. Pasé del equipo del colegio a los alevines del Oviedo…”. Todo ello estuvo en riesgo poco después del último descenso a Segunda. Solo un año después quedó vigesimoprimero, ganándose una papeleta para Segunda B. Bajaron a Tercera de forma administrativa. Los impagos a jugadores le llevaron al fondo del pozo. El Oviedo nunca había caído tan bajo.

“Fue una época negra. Lo mejor fue la reacción de la gente. El estadio se seguía llenando en Tercera”. El apoyo de la afición no solucionaba los graves problemas económicos del club, pero al menos se retornó rápidamente a Segunda B. El conflicto traspasaba lo deportivo, envolviendo a la política del municipio. Hubo un malogrado intento de refundar el club a través de otra entidad. La errática marcha del club, a todos los niveles, condujo a un nuevo descenso a Tercera en 2007, esta vez sin los despacho de por medio.

Enseguida llegó el ascenso a la división de bronce, encarrilando un periodo de estabilidad que casi encalla en 2013. Entonces cambió todo. El club emprendió una ampliación de capital, única vía para evitar la disolución de la entidad por los problemas económicos. Entonces, sobre la bocina, llegó la ayuda. Miles de inversores pusieron su granito de arena, muchos de ellos desde el extranjero. “Fue el momento más angustioso de la historia del Oviedo. Podíamos haber desparecido, pero las aportaciones traspasaron fronteras”, recuerda.

Carlos Slim muestra una bufanda del Real Oviedo

El mayor impulso llegó desde México, con el multimillonario Carlos Slim a la cabeza: “Nos hemos fortalecido. Tenemos una gran masa social, peñas por todo el mundo… Esto parece imparable”. Y así lo esperan los oviedistas, que al fin disfrutan de su equipo en Segunda. Pero no se conforman. “Nuestro objetivo es volver a Primera. No queremos exigirnos plazos, pero tenemos cimientos sólidos. Somos un club con pasado y una gran historia. No nos ponemos techo, pero somos cautos”.

Fernando Hierro, entrenador del equipo, es el encargado de hacer el sueño realidad. El ex del Real Madrid conduce una plantilla con nivel como para asumir el intento. “Queremos volver a Primera. Hay muchos niños y jóvenes que jamás han visto al equipo en Primera, pero quieren tanto al Oviedo como los que vieron al Madrid, al Atleti o al Barça en este estadio. Se merecen vivirlo. A ver si lo conseguimos”, finaliza César, inevitablemente optimista.

Fernando Hierro, durante su presentación con el Oviedo

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