La naturaleza no deja de sorprendernos. El usuario de Youtube Aditya Mitra subió en marzo de 2014 un vídeo de un murciélago nadando. Según la información que aporta, el vídeo fue grabado en un parque de Chandigarh, una ciudad situada al norte de la India. El usuario de Youtube no lo confirma, pero el animal parece un zorro volador de la India, pteropus giganteus, cuyo cuerpo mide unos 30 centímetros de longitud y llega a tener una envergadura de ala a ala de 120 centímetros. Nada con una técnica 'depuradísima'. Es el Michael Phelps del gremio de Batman.

Se pueden encontrar de Pakistán a Bangladesh, e incluso en las Maldivas. Un pariente de Mitra, quien realmente grabó el vídeo, capturó una escena que no pilla por sorpresa a los especialistas en la materia. Según recoge la Enciclopedia Smithsonian, uno de los museos más importantes de Washington D.C. (Estados Unidos), los murciélagos pueden nadar. "Aunque hay escasos datos científicos sobre esta materia, la observación de naturalistas sobre el terremo confirma que algunos murciélagos nadan en situaciones de estrés", indican.

"SIn embargo, no es un patrón normal de comportamiento. Por ejemplo, los zorros voladores, normalmente habitantes de islas, tienen que nadar largas distancias para obtener comida. Un aterrizaje forzoso o una incursión en el agua para atrapar fruta que está flotando puede exigir un baño inesperado. Fotógrafos del zorro volador muestran al animal realmente nadando, usando sus alas y sus pies para alcanzar tierra firme", apostilla.

En esta publicación se refieren al zorro volador, el mismo que observamos en el vídeo viral. En las últimas horas, ha alcanzado notoriedad gracias a la página en Facebook The Dodo, que ha rescatado el vídeo y ya acumula casi un millón de visionados y 30.000 'me gusta'. En el vídeo de esta página también aparece un murciélago vampiro, uno de los animales que más fascinan a las redes. El pequeño mamífero también se las apaña en el agua.

Estos murciélagos nos sirven para recordar a otros animales que emprenden acciones inesperadas. Definitivamente, el arca de Noé fue un carnaval:

Y de propina, la fantástica aportación del 'viner' Diego Villalba al reconocimiento de los 'murciégalos':

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