Este sábado por la noche se consumirán en España miles de chupitos de Jägermeister. Una bebida que hasta hace poco más de cinco años solo consumían los más modernos de tus amigos, pero que hoy se ha convertido en una de las marcas de cabecera de la noche.

España es actualmente el quinto país del mundo que más consume este licor de hierbas al que acompaña una historia ligada con la Alemania Nazi (donde se hizo popular como bebida de cazadores), un ciervo como sello distintivo y un alegato continuo a la cultura urbana por medio de referencias a los tatuajes, a las barbas 'hipsterianas' y a la música más puntera.

Pero todo esto seguramente ya lo sepas. Lo que quizá no es que su modelo, el de atacar directamente tendencias y públicos concretos para después meterse en el chupito de todo el mundo, se ha convertido en la hoja de ruta que otras bebidas alcohólicas siguen para colarse en tu noche.

Una de las últimas en intentar este recorrido es Thunder Bitch, un whisky canadiense aderezado con chili y canela que desde hace unos meses se empieza a encontrar en los locales de Madrid, Barcelona, Asturias, Aragón, Galicia y Valencia, y que aspira a llegar a toda España este verano teniendo presencia en festivales. También apuestan por la música, una imagen atrevida y la relación directa con algunas tribus urbanas. “En cierto modo seguimos la estela de Jäger, pero no nos consideramos competidores directos más que en la forma de consumo (el chupito) porque la bebida es muy distinta”, explica Markus Friedmann, CEO de Thunder Bitch a Epik por teléfono.

Su nombre procede del whisky canadiense que le sirve de base, el Old Thunder Bay. El ‘bitch’ Friedmann lo traduce como la expresión de “mierda” por el ligero picor que produce, pero también se puede interpretar como "perra".

Desde el equipo de comunicación de Jägermeister, que es distribuido en España por la empresa Spirits and Brands, cuentan que en los últimos años han surgido varias bebidas que han intentado seguir sus pasos. Sin embargo, su principal punto fuerte, comentan, es la peculiaridad de su fórmula secreta, compuesta por más de 56 hierbas elaboradas en la Baja Sajonia que les hace no tener competencia directa posible.

El barrio de Malasaña, la cuna donde se prueban los chupitos que beberás en el futuro

La llegada a España del orujo alemán fue progresiva, sirviéndose primero en locales de barrios que se entendían que podían marcar tendencia entre los jóvenes. Desde hace varias décadas se podía encontrar Jägermeister en zonas turísticas frecuentadas por alemanes y centroeuropeos pero “a nivel de público local, la botella de Jägermeister empezó a ser demandada en los bares de zonas como Malasaña en Madrid hace unos 10 años”, comentan desde Jägermeister a Epik en respuesta por correo electrónico.

En el caso de Thunder Bitch, Markus Friedmann también señala que fue en este barrio madrileño el primero en el que quisieron probar la aceptación de su bebida. “Empezamos a movernos por algunos bares de esa zona entrando hacia un público muy concreto que sirven como arquetipos. Nosotros vamos a por el rebelde, el outsider, o el hipster si se quiere llamar así”.

A partir de su llegada a unos pocos locales la historia de Jägger es conocida. “Desde que comenzamos a enfocarnos en un público general la demanda de Jägermeister ha ido creciendo de forma sostenida en España, pero en los años 2013 y 2014 podríamos decir que se extendió a un público más amplio”, explican desde la firma, que ha pasado en menos de una década de ser un orujo de sobremesa a una de las bebidas de referencia de la noche.

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