El fentanilo es una de las drogas más extendidas entre los jóvenes en Estados Unidos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el fentanilo se ha cobrado la vida de más de 100.000 personas en 12 meses y su consumo creció un 38% durante la pandemia. Pero ¿qué es el fentanilo y por qué tiene tanto éxito?

Los CDC aseguran que el fentanilo es un opioide sintético 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Hay dos tipos. Por un lado, el fentanilo farmacéutico lo recetan los médicos para tratar los dolores intensos. En su modalidad recetada, el fentanilo se conoce como Actiq, Duragesic y Sublimaze, de acuerdo con el National Institute on Drug Abuse (NIDA).

Por otro lado, el fentanilo fabricado de forma ilegal, que se vende en el mercado de drogas y en ocasiones se añade a otras sustancias para potenciar los efectos. Este es el que se asocia con más frecuencia a las sobredosis y suele venderse en forma de polvo, gotas sobre papel secante, envases de gotas para los ojos, rociadores nasales o pastillas.

¿Qué efecto tiene?

Según el NIDA, el fentanilo se une a los receptores opioides de algunas áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones, la sensibilidad disminuye y “hace difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga”. “Cuando una persona se vuelve adicta, la búsqueda y el consumo de la droga se apoderan de su vida”, indica el NIDA.

Los efectos del fentanilo incluyen felicidad extrema, aletargamiento, náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, problemas para respirar y pérdida del conocimiento. Además, una sobredosis de fentanilo puede conducir a efectos secundarios más graves y síntomas que ponen en peligro la vida.

Según los CDC, más de 150 personas mueren al día por sobredosis de opioides sintéticos como el fentanilo. No hay forma de saber mediante el sabor ni el olor si una droga lleva altos niveles de fentanilo, y la única forma de conocer la cantidad de sustancia es mediante tiras de prueba de fentanilo.

Los signos de sobredosis son, de acuerdo con los CDC, pupilas pequeñas, contraídas, como de punta de alfiler, quedarse dormido o perder el conocimiento, respiración lenta, débil o sin respiración, sonidos de atragantamiento o gorjeos, cuerpo flácido, piel fría o húmeda y pegajosa o manchas en la piel (especialmente en los labios y las uñas).

Así, si hay signos de sobredosis, la CDC recomienda llamar al teléfono de emergencia de inmediato, administrar naloxona si hay, intentar mantener a la persona afectada despierta y respirando, colocarla de costado para evitar que se asfixie y quedarse con ella hasta que lleguen los servicios de emergencias.