Las autoridades españolas se encuentran en alerta desde el pasado lunes por una extraña situación que afecta a un grupo de menores ucranianos de los que se desconoce su paradero, según informa El País. Se trata de entre 30 y 40 niños que iban a ser trasladados desde Huelva el pasado martes para llegar a las islas Canarias el viernes.

Este traslado, que había sido organizado por una mujer ucraniana residente en Fuerteventura, como detalla este medio, se iba a producir sin el conocimiento de las autoridades, que están investigando el caso desde el pasado lunes. Pero por el momento se desconoce el paradero de los menores.

La presunta organizadora niega su participación

A diferencia de una misión similar que puso en marcha la misma persona anteriormente, cuando en coordinación con el Ayuntamiento de la localidad de La Oliva, en Fuerteventura, trasladó a este municipio el 11 de marzo a tres tutores y 16 menores de un orfanato cerca de Kiev, en esta ocasión no contó con colaboración de las autoridades canarias, que no dieron luz verde a la operación. Sin embargo, esto no impidió que siguiera adelante.

No obstante, y a pesar de que diversas fuentes en Canarias han asegurado a El País que esta mujer se encuentra detrás de esta misión, la supuesta promotora del traslado niega su participación en esta iniciativa y los niños siguen sin ser localizados.

Preocupación en las autoridades

Esta situación y otras similares que se están produciendo desde que dio inicio la invasión rusa de Ucrania ha aumentado la preocupación de las autoridades. Este tipo de traslados deben realizarse con autorización y cumpliendo las legislaciones de los países implicados para evitar riesgos para estas personas, pero la realidad parece demostrar que no está siendo así en muchos casos.

En este sentido, el Ministerio de Justicia, el organismo encargado de defensa del Convenio de la Haya de 1980 en España, el marco legal para proteger a los niños en situaciones de carácter transfronterizo, ha desvelado a El País que no ha recibido ninguna solicitud de este tipo, una situación que contrasta con el gran número de menores (casi 14.000) que han llegado a nuestro territorio desde el comienzo del conflicto en Ucrania.