La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, bajo las siglas de la URSS y conocida como Unión Soviética, fue un Estado federal de repúblicas socialistas que existió desde el año 1922 hasta su disolución en diciembre del año 1991, tras la firma del Tratado de Belavezha por parte de las RSS de Ucrania, Bielorrusia y la RSFS de Rusia.

Desde su creación, fue uno de los actores protagonistas en grandes conflictos bélicos entre potencias mundiales, como la Guerra Fría o la Segunda Guerra Mundial. Comenzó su andadura con cuatro repúblicas (Transcaucasia, Ucrania, Rusia y Bielorrusia), aunque a lo largo de sus siete décadas de existencia aumentó el número de repúblicas que la conformaban, hasta 15 en total. Rusia era el activo principal del bloque soviético, cuya capital fue Moscú.

Junto a las cuatro mencionadas, En 1920, Azerbaiyán se convirtió en la quinta nación del bloque socialista y un año más tarde, Georgia y Turkmenistán, se anexionaron al grupo soviético. Uzbekistán (1924), Tayikistán (1929), Armenia, Kazajistán, Kirguistán (1936), Letonia, Lituania, Moldavia y Estonia (1940).

La crisis política, diplomática y económica que vivía la Unión Soviética fueron los detonantes de la disolución de este bloque socialista con más de 60 años de historia. La llegada al poder de Mijaíl Gorbachov, último líder de la URSS, acrecentó las protestas contra el régimen comunista debido a una serie de reformas políticas y acuerdos con otras potencias. De todas las repúblicas que formaron parte de la URSS, solamente tres forman parte de dos de las organizaciones más importantes a nivel mundial.

Las repúblicas bálticas, en la OTAN y en la UE

Estonia, Letonia y Lituania. Las repúblicas bálticas, tras la disolución de la Unión Soviética, lograron integrarse tanto en la Unión Europea como en la Organización del Tratado del Atántico Norte (OTAN). El año 2004 fue el periodo clave para los tres países, ya que se produjo su ingreso a ambos organismos.

Con respecto a la Unión Europea, se unieron en el mismo año que países como Polonia, Malta, Eslovaquia, República Checa y Hungría. Estos tres países que formaron parte de la URSS, ingresaron en la Alianza Atlántica junto a Bulgaria, Eslovaquia y Rumanía.

Ucrania, a la espera de ambas organizaciones

No sucede lo mismo con Ucrania que, por su parte, no forma parte de ninguno de los dos organismos internacionales. Actualmente, es un país considerado como aliado de la OTAN, y pese a la firma de un Acuerdo de Asociación con la UE en 2014 para fortalecer los vínculos políticos y económicos, espera aún su ingreso en la Unión. El presidente Zelenski firmó la solicitud de adhesión.

Sin embargo, los líderes europeos rechazaron en el Consejo Europeo otorgar a Ucrania el estatus de país candidato al considerar que no cumple con algunos de los requisitos democráticos y económicos imprescindibles. La OTAN, por su parte, tampoco aprobó la solicitud de Ucrania de ingresar en la organización del Atlántico Norte para no incrementar aun más la tensión con Rusia, y también por ser una de las exigencias de Vladimir Putin.