EEUU advierte a China y obtiene respuesta
Estados Unidos, antes de la charla telefónica entre Biden y Xi Jinping, advierte sobre las posibles represalias en caso de que China apoye a Rusia.
Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, mantendrán una reunión en el día de hoy. Es por ello que el Gobierno estadounidense ha hecho saber que China se encuentra expuesto a posibles represalias si "apoya la agresión rusa" frente a Ucrania.
"Estamos preocupados por el hecho de que ellos consideren dar apoyo directo a Moscú con equipo militar que sería utilizado en Ucrania. Biden le dirá claramente a Xi que China tendrá responsabilidad por todo acto dirigido a apoyar la agresión rusa y no dudaremos en imponerle un costo", manifestó en el día de ayer el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
"Vemos con preocupación que China piense en dar a Rusia una ayuda militar directa", puntualizó. Hasta el momento, esta es la advertencia más contundente esbozada por Estados Unidos a Pekín desde el inicio de la invasión a Ucrania hace más de tres semanas, la cual ha llegado a escasas horas antes de la conversación telefónica que mantendrán ambos presidentes, prevista para este viernes a las 9.00 hora de Washington (las 14.00 horas peninsular española).
La respuesta por parte de Pekín ha llegado pocas horas después, y antes también de la charla telefónica que tendrán los dirigentes de ambos países. El Gobierno chino asegura que no tolerará ninguna "coerción" por parte de Estados Unidos contra sus empresas o individuos, con tal de forzar al país a posicionarse en contra de la invasión. Una invasión que, de momento, no ha condenado. Desde el primer momento, China ha apostado por llegar a una solución negociada.
La UE se plantea la gran medida contra Rusia
La Unión Europea (UE) baraja la opción de cortar la compra de gas ruso en caso de que la ofensiva del presidente ruso, Vladímir Putin, se prolongue con el paso del tiempo. Y es que, debido a la duración de esta invasión iniciada hace más de tres semanas, la UE se ha visto obligada a aprobar baterías de sanciones comerciales y políticas que había preparado a modo de respuesta ante un ataque que se preveía de menor calibre.
De hecho, la polémica acerca del corte de las importaciones energéticas rusas llegará a su punto de ebullición en el día de hoy, según informa El País, durante una reunión de los representantes permanentes de los Veintisiete en Bruselas. A pesar de que no se espera una decisión todavía, fuentes comunitarias señalan que se tratará de la primera prueba de fuego para "testar la voluntad de romper de manera tajante", con la dependencia de Rusia.
Países como Alemania y otros socios europeos se resisten, de momento, por el temor a las consecuencias que pueda tener para sus propias economías. El recrudecimiento de los ataques en una guerra que suma ya 23 lleva a los Veintisiete a considerar una medida que parecía impensable antes de la ofensiva. Y la presencia de Joe Biden en la cumbre europea de la próxima semana invita a pensar en una mayor presión para cortar la relación energética con el Kremlin.
En caso de que el presidente de EEUU se posicione a favor del encargo energético, a cambio la UE podría reclamarle un trato más favorable en las condiciones de compra del gas natural estadounidense por parte de los países europeos. Según revelan fuentes diplomáticas al citado medio, la presión de Washington ha sido clave a la hora de imponer las sanciones a Rusia, especialmente en un primer momento, cuando se confiaba en un ataque menos mortal.
Diversidad de opiniones
La medida, no obstante, no es compartida por igual por todos los países de la UE. Las fuentes consultadas por El País apuntan a Alemania, Hungría e Italia como los más recelosos a cortar los lazos del gas con Rusia. Algunos como Polonia o los países bálticos, más dependientes energéticamente de Rusia, ya apoyan el embargo al petróleo y gas pese al impacto que tendrá en sus economías. En el caso de Alemania, su PIB podría llegar a caer un 3%, algo menos del 4,5% que supuso la llegada de la pandemia.
Así, el objetivo de los países de la UE es evitar que Rusia pague la guerra con el dinero que recauda de la venta de gas y petróleo al viejo continente. Desde Bruselas se calcula que el Kremlin suma unos 700 millones al día gracias a sus importaciones por dicho concepto. Así, desde el inicio de la ofensiva, Rusia se habría adjudicado unos 16.000 millones de euros.